'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Gt (17)

Si bien lo matizamos a ratos con cierta pulsión conciliatoria, nuestro humor puede lo mismo llegar a ponerse muy pesado. De que nos pasamos, nos pasamos, con eso de la sátira: nos resulta fácil caricaturizar hasta la crueldad, hasta la más pura mierda indiferencia.

Insoportables ya éramos, pero algunos nos pusimos más insoportables el día en que la posmodernidad atracó en la república bananera. Despertó en nosotros la ironía más ramera que nuestros axones neurales jamás habían procesado. El chiste neurótico, la irreverencia sin amarras, la procacidad orgiástica, el memenazismo, justificado por el relativismo–cocaína. Escribí algo al respecto en una columna llamada Humores que matan (disponible en mi blog de Buscando a Syd).

Me autocito: “Bromeando olvidamos que esos asuntos que tan ramplonamente convertimos en bufonerías chafas son de vida y muerte. Y así vamos manchando nuestra ironía de sangre”.

Una cosa que me deja perplejo es como los guatemaltecos toman a broma lo que viene en serio, y en serio lo que viene a broma. Y la capacidad que tenemos para devaluar, todo el puto tiempo. Ni se le ocurra a Vd. celebrar o admirar a un tercero. En ese mismo momento será acusado de complacencia y compadrazgo, y puesto en el patíbulo de la ridiculización pública. También es ridiculizado aquel que busque un poco de profundidad en la vida, de honor y de palabra. Todo eso es fuente de grandes risotadas, para empezar en la mesa.

Lo único permitido es el chisme y la farsa. Farsantes somos una buena fracción de la extensiva chapinada. Por farsante y por fulano es que yo me pongo a escribir de virtualmente cualquier cosa, sin saber nada de ninguna. Es, ya expliqué, un instinto de sobrevivencia literario.

Pues sí. Vivimos en un país pequeño. En un país bufón.


(Columna publicada el 29 de mayo de 2014.)

No hay comentarios:

Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
Creative Commons License
Buscando a Syd by Maurice Echeverría is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 Guatemala License.