'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Pana no existe

Ya se ha vuelto tradición para mí colgar libros en forma de blog. Es práctico y es humilde.

El último libro–blog que he publicado se llama Pana no existe. Esta columna es una especie de prólogo al mismo.

Un libro que nació de haber vivido yo en Pana (esto fue antes de la hecatombe de la cianobacteria). No un poemario pretencioso, ni un homenaje dramático. Sólo una biopsia gentil y poética de Panajachel en un instante sincrónico: si se hubiera tomado la biopsia un día después, el resultado hubiera sido distinto.

Esa experiencia de vivir en Pana le dio mucha riqueza a mi vida. En Pana coexisten un sinnúmero de sociedades y subsociedades, y de hecho hay más inteligencia social que en la ciudad. En todas esas sociedades hice amigos, y algunos aparecen en el poemario.

Aparte de darle riqueza a mi vida, esa experiencia en Pana fue sumamente dolorosa para mí: es lo que los alquimistas llaman ‘fase de nigredo’. Pana acelera todos tus procesos internos, malos o buenos. Es un verdadero centro de poder.

Pero no hay que quedarse encarcelado allí. Nunca fue ni seré un panafrik: una de esas personas que dependen de Pana para ser felices.

El blog, de unos 56 poemas, está ilustrado con pinturas de la artista norteamericana Kristine Mccallister, mi vecina en Pana. Un brindis por mi querida Kristine, una gringa adorable que adora el lago, y no es el suyo un amor patriotero o fanático o de funcionario, sino un amor de madre y de hija.

Aparte de ser artista tan auténtica y peculiar, Kristine es una mujer espiritualmente despierta. Fue ella quien me regaló Yo soy eso, de Sri Nisargadatta Maharaj. Es lo mismo que darle la vida a alguien.

Ya sólo me queda escribir la gran novela de Pana, cosa que no se ha hecho y que yo pretendo hacer. Pero no he tenido tiempo ni dinero para eso. Es una pena que no existan en Guatemala unos tres o cuatros millonarios dispuestos a financiar lo inútil. El link del blog: www.pananoexiste.blogspot.com


(Columna publicada el 27 de mayo de 2010.) 


Pintura de Kristine Mccalister

2 comentarios:

tania hf dijo...

Muy buenos poemas, pero el rojo de fondo hace muy dificil leerlos.

Oswaldo J. Hernández dijo...

Leído satisfecho.

Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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