'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Chupar llanta


Puede ser cosa de mi fantasía, un invento mío a lo mejor, pero yo recuerdo más bien como auténtica una frase que le atribuyo siempre a Onetti, y que, fidedigna o imaginada, me marcó significativamente, en su momento, y me sigue marcando. Onetti dijo alguna vez –¿entrevista, pasaje que escribió?– que un estilo literario personal era el resultado de asimilar varios estilos literarios que no son propios. De haberlo dicho, no lo habrá dicho así, por cierto; lo habrá dicho contundentemente, con ese modo tan suyo de decir las cosas –sobrio y a la vez tan complicado– y con ese estilo que, justamente, si hemos de tomarle la palabra, estaba hecho de múltiples estilos ajenos.

Citaré a Umbral ahora; y esta cita sí seguro Umbral la dijo, la dijo en Las palabras de la tribu: “Sólo robando de otro se aprende a escribir y por eso la literatura está entre los delitos comunes”.

Hay personas que se piensan muy camp: creen flotar por encima de sus colegas. Les duele admitir que lo que hacen es meramente la extensión de una obra, no un punto de partida. Yo por mi lado estoy decidido a conservar mi lugar en este argumento, y a defender el arte de chupar llanta y residir en el campo de lenguaje e inspiración de otros. Picasso se pasaba copiando a Velásquez y Rembrandt.

Lo cuál no lo convirtió exactamente en un incapaz. Estamos hablando de un proceso delicado de aprendizaje, que nada tiene que ver con el fusile, el calco estúpido, las logias de plagiarios, que copiando sólo imitan, cuando la idea al copiar es conectarse con las fuerzas transpersonales de la creatividad. Estrictamente, no soy yo quien pinta en un lienzo, puesto que yo mismo soy un lienzo que está siendo pintado. Y eso que me pinta es radicalmente externo a mí mismo. ¿Entonces quién hace qué? Desde semejante punto de vista, la moral del artista consiste sobre todo en dejarse impregnar por los óleos extraños de una tradición misteriosa que no es ni será jamás de ninguno ni de nadie.


(Columna publicada el 10 de septiembre de 2009.)

2 comentarios:

tania hf dijo...

"Nothing is original. Steal from anywhere that resonates with inspiration or fuels your imagination. Devour old films, new films, music, books, paintings, photographs, poems, dreams, random conversations, architecture, bridges, street signs, trees, clouds, bodies of water, light and shadows. Select only things to steal from that speak directly to your soul. If you do this, your work (and theft) will be authentic. Authenticity is invaluable; originality is nonexistent. And don’t bother concealing your thievery—celebrate it if you feel like it. In any case, always remember what Jean-Luc Godard said: 'It’s not where you take things from—it’s where you take them to.'
—Jim Jarmusch, The Golden Rules of Filming

Juan Pablo Barrios dijo...

absolutamente M. nadie es dueño de nada en el arte

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Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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