'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Hablemos

La ciudad tiene muchos ojos.– La ciudad tiene muchos ojos, y en cada ojo se deshace un niño. La ciudad tiene muchos vientres, y en cada vientre grita un ciego. Son muchos zaguanes nutriendo el gran bajón de la ciudad. Muchas ventanas, desde donde se mira el Fuego, que lo consume todo. Y desde donde se suicidan las mujeres laterales. Salta mujer, salta a la ciudad de muchos ojos y muchos vientres, a la ciudad numerosa de furias y ríos repujados y días atrapados en una saliva tan extraña. No es una saliva, de hecho, son muchas, pero todas van a dar a la misma codicia, y en ella flotan las narrativas que siempre seremos, aunque cambien de nuevo los actores. La ciudad es el espejo violento donde se quiebran los otros pájaros. Pero cuánta esquina, cuánto nombre, cuánta gloria… 

No he de olvidar este momento.– Me llamaron por mi nuevo nombre. Y al parecer, mi nuevo nombre es cáncer. El doctor me lo explicó todo, de un modo entre sobrio y eximio. En el acto terminó mi vida pasada, con sus chantajes, sus mediocridades, sus ingratitudes, las gacelas superficiales de quien todo lo da por descontado. No he de olvidar este momento. Más bien he de guardarlo como un ruiseñor innegociable. El cáncer es una promesa muy concreta, diría yo: unificadora. Hasta hace un segundo me estaba quejando del tráfico, resolviendo cosas del trabajo, peleándome por Facebook: lo voluble, lo desordenado. Luego de la Noticia, solo tengo una cosa en mente: vivir. Vivir y ver llover, pues la lluvia tiene eso de plegaria. Mi único problema es que la lluvia ha terminado. 

Salta la cerca.– Huye, huye de ese foso polvoriento. De la comuna y sus juicios ebúrneos. De los hermanos y sus exiguas hogueras. Huye de esa guarida de blancas serpientes. Huye, antes que ellos te desfiguren la cara, con un pedazo hirviente de espejo. Salta la cerca. Huye a los mares, los oleajes y malecones: ve lejos. No será un viaje fácil. Habrán zanates oscuros, cierto. Pozos envenenados, nácares falsos en cada esquina. Pero en cada esquina estarás tú, no ellos. Así que parte, ensúciate. ¿Me oyes? Huye del hombre y de su Dios.  

Hablemos.­– Tú y yo deberíamos hablar. ¿No sientes la lenta escarcha, como llanto quieto, en las costillas oxidadas? Antes que sea tarde, hablemos. Nuestras sortijas de casados se hunden, en la mar silente: urna sin fin. Por favor hablemos: ¿no estás harta de quebrarlos dedos de los muertos y así pasar los días? Hablemos. Porque nuestros dialectos ya no comunican nada: hielo. Hablemos, hablemos. No entreguemos el alma a dos fríos. 

Algo no funciona.­– Algo tiene que ser arreglado. No sabemos qué exactamente. Solo sabemos que algo no funciona. Y que alguien tiene que pagar por ello. 

El amor no tiene orden.– El amor no tiene orden: es arbitrario y depravado. El amor ama lo que ama amar, nada más. Fabrica rutas a su gusto. Derriba paredes a su conveniencia. Si el amor no fuera el amor, fuera un monstruo.


(Buscando a Syd publicada el 8 de noviembre de 2018 en El Periódico.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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