'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Celebración

Celebración.– Han de salir las personas a celebrar a la calle, de contornos enlunados. Otro ciclo empieza, y se presiente la alegría hervida de los que ya dieron su alma a Satán. 

El conductor.– Viajan conmigo, me sufragan con dinero y con la sed de sus palabras. Los llevo desde la aurora, a través del erial, hasta la metrópolis acezante, con sus recámaras raspadas de miedo y mármol. Dado que veo en ellos la esperanza, nunca les suministro la verdad. La verdad es que la ciudad es otro modo del desierto: casi nunca hay agua, y te acuchillan por cualquier cosa. Eso me lo guardo, como me reservo tantas otras cosas. Arribados al destino, se despiden de mí con grandes gestos agradecidos, luego de lo cual vuelvo solo por la carretera infinita, mientras contemplo la arena como una deuda sin fin. Entonces doy gracias al Eterno por crear un lugar así de bello. Y por mi trabajo, fatal y santo. 

Pregones de salsa.– Así tendida (con sus manos abiertas, la frente hundida, por el golpe) ya no me pareció tan odiosa. La pude matar en cualquier lado de la casa, lo hice en la bañera, como en la película. Salvo que no fue a cuchillazos, sino con una de sus propias nauseabundas esculturas. Me pareció el último detalle. Fue un gran golpe; único, diría. Su voz apenas si alcanzó a gritar. Tras lo cual me dio por cantar pregones de salsa. Recorrido por tan excepcional humor, procedí a guardar el cadáver en el auto. El nene me acompañó a lo largo de todo el proceso. Era obvio que también se estaba divirtiendo mucho. 

Manos frías.– No tendré paz alguna mientras vivas con nosotros. Sé que fuiste tú quien disparó a los perros. Tú quien quemó, con agua hirviente, a esa mujer que nos ayudaba en la cocina. Tú quien tiró a mi pobre esposo –¡tu padre!– por las escaleras. Todavía recuerdo el día (desgraciado) en que te di a luz. En aquel horrible ayer, tus manos nacieron frías. Frías habrían de quedarse. Más frías van a estar cuando estés tieso, hijo mía. No intentes vomitar. El veneno ya está en tu sangre. 

Un ángel excepcional.– Es un ángel excepcional. Vive en las partes más frías del planeta, ayudando furiosamente a los seres sin párpado. Dios lo ama, porque muerde. Porque hace fuegos de las cenizas, bombas con los escombros. Porque no se deja. Es así de excepcional. Labra rutas que otros ángeles no ven. Tiene dos alas que son ya cuatro. Espada es esa con la cual va cortando cabezas. 

Isla.­– La ciudad, con su selva de nadie, se cierra sobre tu morada. Todo aquello que solías conocer está desapareciendo, se descose. Quedarán solos tú y tu centauro, como en una isla. Tuyo el terror, ante los rígidos, viscosos edificios. Roca y linfa. 

Tendones.­– Las personas que no tienen hijos, y están solas, sienten mucho más sus tendones. 

Desencanto.–Desde los balcones del abismo se arrojan, con la boca tan negra, los que ya no creen que este lugar cambiará. 


(Buscando a Syd publicada el 4 de octubre de 2018 en El Periódico.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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