'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Hay futbol

Agua.– El mundo es agua. No raíz: agua. Triste agua infinita. Es lo que toca: remar, nadar.

Alguien que quieres.– Alguien que quieres, o que no quieres, ha fallecido, y ahora tienes que viajar a su funeral. Es alguien que quieres, o no, pero como sea es importante que empaques y te subas al avión, para la ceremonia. Importante –tan importante– que cumplas con los irritantes protocolos del desplazo. Que corras entre sábanas de incomodidad, en los pasillos fugaces de este febril aeropuerto, que aún detestas, todavía. Y sentir la brasa de la prisa, y la prisa de la brasa, mientras ráfagas de recuerdo inundan tu cerebro. La quieres, sí, o puede que no, pero es absolutamente necesario que atiendas su funeral, pues resulta que esta persona es parte esencial de un relato del cual ya no puedes, ni podrás, escapar, del cual ni su misma muerte podrá liberarte. 

Bailan.– Bailan torturados. Bailan los vencidos. Bailan ya sin boca. Bailan en el Sur.

El espejito.– Tengo un espejito que atrapa a las personas. Lo único que hago es ponerlo delante del referido. En un segundo, este queda del otro lado, como dentro de un sueño. Ni decir que a estas alturas el espejito ya guarda una sensible muchedumbre. No es que todos estén juntos, revueltos, en un mismo sitio, no. Cada cual tiene su propia cárcel de espejo. Cada uno está atrapado en su propio reflejo.  Sé que te cuesta creer en la magia de mi espejito. No te costará entonces echarle un vistazo…

Remake.– Terminado el remake, se fueron dando cuenta, no sin cierta perplejidad, no sin alguna vergüenza, que la película original jamás había existido...

Entre las ruinas de la ciudad.– Entre las ruinas de la ciudad, un perro deambula. Está perfectamente solo. Y su alma es perfectamente libre. No necesita de filosofías o hexámetros. Su único trabajar es comer lo que los humanos dejaron. ¿Dónde están los humanos, por cierto? Solo sabemos que una luz rubia baña los muros caídos.

Hay futbol.­– Eso queremos: mirar el futbol. Sus formas, sus pedazos brillantes. Te amamos futbol, lenguaje. Hay lentas, pálidas cuentas. El hongo de la enfermedad. Madrugar –ser exprimido. Gente muy fea, allá afuera. Hay afanes, sí, hay frío. No somos de llorar, pero hay mucho frío. Pues bien: cuando de la pura desesperación nos mordamos un dedo, hasta arrancarlo, recordemos algo muy pronto: el futbol está ahí para grabar en nosotros sus jornales de gloria. El futbol es el sueño bonito de la pesadilla. El pájaro sobre una ciudad de ruina y sangre. Del futbol brota el intenso poema. Lo grande. Lo que no debiera ser insultado.  Me verás viendo el futbol y entenderás que, en esta orina, en este excremento, algo no es mercenario. Hay miseria, sí. Pero hay futbol.

El hijo perfecto.– Mi hijo era perfecto, antes de matar a todas esas personas. Siguió siendo perfecto, al momento de matarlas. Y ahora que están muertas, mi hijo es más perfecto que nunca.


(Buscando a Syd publicada el 15 de marzo de 2018 en El Periódico.)

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Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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