'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Los Seres–Pájaro



Bajo el cielo ultraquímico.– Ya hasta los ángeles son ceniza. Ciudad cuyo centro era diamante continuo, ciudad que fuiste la reina del insomnio, ¿cabe pensar que hoy estás vacía, bajo el cielo ultraquímico? En una tarde de palomas apocalípticas, una boca de franca furia se abrió, y el alma de todos fue barrida, y los pies de la vida fueron cortados. Solo quedaron el polvo y la gelatina. Y los pedazos de espejo de los tigres del olvido. Hoy nadie recorre ya tus calles, que son ayeres. Y sin embargo, si ponemos atención, nos daremos de cuenta de un aparecer, allá, en lo lejos: el Nómada.

Habla el racista.– Entiéndelo: tu luna y la nuestra nunca serán iguales. Aunque camines mil veces estas calles, ni hoy ni mañana serás como nosotros. Tienes esa sonrisa, la inocente, la tan beata: ten por seguro que te haremos padecer. Somos seres pacíficos, no pugnaces, mas no creemos en tu destierro, en tu venir de otra parte. Maldito el día en que tocaste nuestras costas. Maldito el día en que comiste nuestras carnes. Maldito el día en que contemplaste nuestras casas. Por tu bien te decimos: cierra bien la puerta de tu habitación. Y cuida bien a tus lentos hijos, pues no tienen gloria, ni ojos azules. Por los nuestros, te escupimos, ramera oscura.

Las ciudades.– ¿A qué ciudades fueron los que huyeron de las ciudades? ¿A qué guaridas fueron los que huyeron de las guaridas? ¿Dónde estás, animal hombre? Cada uno de tus mapas te ha traicionado.

Suelta el arma.– Amigo: estás en ese sitio en donde pasado y futuro se bifurcan. ¿No es un lugar encantador? Lo es, ciertamente. Y estoy de acuerdo: es un enorme privilegio poder equivocarte de nuevo. Entiendo que es una sensación inclusive intoxicante. Tal privilegio no durará para siempre, es lo malo. Tomando en cuenta, bueno, que estás rodeado. Y tomando en cuenta que en este momento hay siete miras, todas dirigidas a tu cabeza. A lo mejor intento decirte –en este momento precioso, en este precioso presente– que soltar el arma puede, a su modo, ser también un privilegio.

Los Seres–Pájaro.­– Hoy es una de esas noches: alguien va a terminar donde los Seres–Pájaro. Al morir esta hora angustiada, un Ser–Pájaro vendrá de lo rojo, y alguno de nosotros será recogido, como ha sido desde siempre. Nadie sabe a donde los llevan... Si aún viven... Si ya son Seres–Pájaro, ellos también... Nadie sabe nada. Y por supuesto que da miedo. Da mucho miedo. Pero a veces me pregunto si no es de hecho mejor estar allá, entre los Seres–Pájaro, que aquí, entre los Seres–Serpiente.

La gota que rebalsó el vaso.­– Algo cae. Es la gota. El mundo acaba.

El círculo.­– El escritor acumula otra página en blanco. Los esposos vuelven a dar el drama sabido. Los zapatos son atados con idéntico nudo. La sangre se desplaza por el mismo circuito. La rueda de Chicago continúa su tedio de siempre. Las aves emprenden su migración circular. Abres el periódico.

Un robot está solo.– Un robot está solo. No sabe del llanto, pero está solo. ¿Por qué no hablas un poco, robot, aunque sea con nadie?


(Buscando a Syd publicada el 22 de marzo de 2018 en El Periódico.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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