'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







El arte de la muerte

Los antivivos necesitan tu grasa.– Los antivivos necesitan tu grasa. Porque ya no existen. Con semejante grasa podrían por fin salir de esa locura, de esa marginalidad suya: la inexistencia, la invida. Florecerían. Tú, para mientras, no necesitas tantísima gordura: ¿no ves cómo ocupas, lonja tras lonja tras lonja, la enorme habitación? Eres como una rana gigantesca que se ha hartado muchos pájaros. Por favor: sé piadoso: comparte: da pues de comer a los transparentes.

Protesta.– Señor: ¿por qué nos humillas así: por qué nos quieres encerrar en esta torre de pan muerto? ¿Por qué pusiste todos esos frutos envenenados en tu glorioso jardín? ¿Por qué las piedras pesan más ahora? ¿Es que no te gustan las ofrendas de neón, que llevamos para ti, sobre nuestras magras espaldas? Estuvimos hablando mucho en la mañana de cómo por la noche seremos eviscerados. Solo venimos a decirte que no estamos de acuerdo.

La estás siguiendo.– Por las calles y aceras continuadas, entre edificios que crecen hora a hora, la estás siguiendo. Siguiéndola, viscosamente, entre los ruidos–ambulancia, que saturan el raudo instante. No dejes que se escape, no dejes que la esquina se la lleve. Síguela, maldito, como lo has venido haciendo, subrepticiamente, cada día. Síguela, y luego vuelve a casa. Te estaremos esperando.

Cuando cierras la puerta.– La noticia es que a tu hijo le gusta asesinar perritos. Que tu esposa pone, depone sus propias heces en frascos de vidrio. Que tu padre le pega a tu madre –a tu madre que tiene alzhéimer. Tú también haces Cosas, cuando cierras la puerta.

Hoy cenaremos al abuelo.–  Hoy cenaremos al abuelo. Es lo que siempre quiso. Hijo mío, me dijo: cuando muera quiero que tú y Marta y los niños me coman. Coman de mí como los discípulos comieron de Jesús en la Última Cena. Coman mi próstata hipertrofiada,  saboreen mis lentos ojos muertos, y chupen mis dedos reumatoides. Y degusten mi corazón, que nunca los quiso, porque todos ustedes arruinaron mi vida. Así pues, hoy cenaremos al abuelo, como un día ustedes me cenarán a mí.

El arte de la muerte.– Vi los cuerpos, los cuerpos. Estuve ahí. Esta no fue una matanza cualquiera. Esto fue realizado por un ser superior, un ente de sangre azul. Ah, las pieles, las pieles, cubriendo las paredes, los órganos tibios decorando los amplios jardines, las manos cortadas, las fantásticas calcinaciones. Jóvenes, niños tal vez, desmembrados, sus partes creando esculturas extrañas –enfriándose bajo el sol. Era la manera, la delicadeza, los efectos de la luz. Estoy cansado, pero no dormiré nunca, nunca. Ahora conozco el arte de la muerte.

Algo salió mal con el experimento.– Señor, algo salió mal con el experimento; el laboratorio ha sido comprometido; debemos salir inmediatamente. ¿Que por qué no tengo un brazo, Señor? Como dije: algo salió mal con el experimento. Como dije: el laboratorio ha sido comprometido. Y como también dije: debemos salir inmediatamente.


(Buscando a Syd publicada el 25 de enero de 2018 en El Periódico.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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