'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







El Jardín Azul


Caminando no poco en los pasillos de un hospital, y aguardando no menos en sus salas de espera, pensé mucho en el Buda de la Medicina y su esplendente reinado. 
           
La mitogonía budista ha dibujado un amplio panteón de seres superiores que residen más allá de los fastidios crudos de la existencia condicionada. De estos seres emanan Tierras Puras: paraísos si quieren, en donde se puede trabajar a gusto por el bienestar de todos los seres, porque las condiciones son espiritualmente excepcionales.
           
No quiero ignorar una de estas extraordinarias residencias, la de Bhaiṣajyaguru, el Maestro de la Medicina, cuyo fulgor lapislázuli difunde regeneración y libertad inconmensurables.
           
Si la Tierra Pura de Vaidūryanirbhāsa –tal es su nombre– es un lugar ubicable en el continuo espacio–temporal, o se trata más bien de una morada de otro orden, es algo a debatir. Como sea, está ligada mítica u objetivamente al Este. Desde un punto inefable –que en realidad es todos los puntos– nació y nacerá siempre el Maestro de la Medicina con su unción cicatrizante y su mandala magnífico.
           
Sentado sobre una flor de loto de tenues pétalos luminiscentes, este Buda es la matriz coemergente de la apariencia más pura y el inefable vacío. Su mano derecha sujeta una rama de la planta arura. Su concentrada mano izquierda levanta el néctar trascendental. Doce juramentos o votos nobilísimos comprometen al Buda–Médico con todos los seres.
           
Cuando las letras del mantra búdico giran, poderes insondables eflorecen de Bhaiṣajyaguru, que desde su formidable samadhi compasivo, beneficia a los transmigrantes de los tres tiempos y las diez direcciones. En virtud de su actividad prodigiosa, innumerables dolencias físicas son removidas. Pero el Rey de los Médicos no solo alivia la enfermedad tangible, sino además ofrece el amrita de la sabiduría, que remueve el veneno del samsara.  
           
La Tierra Pura del Gurú de la Medicina es un vasto y esplendente jardín balsámico compuesto por comunidades de maestros iluminados, ocupados en la sanación de todos los seres sintientes. Senderos geométricos, constelados de gemas curativas y cruzados por arroyos de aguas milagrosas. Plantas restauradoras que deconstruyen los cánceres de todos los universos. Animales cuya mera presencia y aliento rejuvenecen. Monjes–médicos que se dedican constantemente a poderosos rituales místicos y espagíricos, con el fin de reponer a los infinitos enfermos. Radiantes ángeles, reconstituyendo todo lo que está cortado. Edificios diamantinos custodiando incontables tecnologías medicinales. La Tierra Pura irradia bendición iluminada al espacio todo.
           
Ay, cuando pienso en la dura salud de nuestro país, y en los muertos que van quedando en este estero, en esta profunda gusanera, en este nido de gorgonas, imploro al Buda Lapislázuli: ven a cumplir con la promesa de tu planta, danos tu pan azul, limpia la escoria de nuestros cuerpos y la confusión de nuestras mentes, protege la vida. Que cualquiera que lea este texto pueda alcanzar la salud suprema.


(Buscando a Syd publicada el 23 de marzo de 2017 en El Periódico.)

No hay comentarios:

Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
Creative Commons License
Buscando a Syd by Maurice Echeverría is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 Guatemala License.