'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Visión clara

En la sala de espera del oculista. Me vine a ver los ojos, porque de un tiempo para acá los ojos me han estado dando molestias y porque miro algo pero ya no igual.
           
Yo he sido choco de siempre, de niño, aunque mi madre tardó un tiempo en detectarlo. Cuando me pusieron anteojos la primera vez, sentí que un nuevo mundo se abría, exultante, lisérgico. De golpe un panorama tedioso y de sombras se transformó en una poderosa experiencia fenoménica: las hojas de los árboles cobraron una formidable individualidad; los rostros me ofrecieron rasgos bellos y precisos; las nubes se hicieron de pronto muy interesantes.
           
Eventualmente, terminé operándome ambos ojos con láser, una operación bastante exitosa. Con ello terminó todo un período de mi vida, e incluso una identidad: la resabida identidad del que usa lentes.
           
Pasaron muchos años sin yo tener problemas en la vista. Pero como ya dije de un tiempo para acá la miopía ha vuelta a manifestarse, cosa que a lo mejor es normal en estos procesos, después de un tiempo. No regresó como antes, pero ahí está, y aquí me tienen.
           
Mientras espero mi turno en la sala de espera, escucho con los audífonos un fascinante audiolibro sobre reorganización, un tema que me provoca suficiente interés últimamente. Este audiolibro en particular es tremendamente innovador y visionario. Visionario en el sentido que le da Swift a la visión: ese arte de ver lo que es invisible para otros.
           
Para mí escuchar esta clase de materiales es una manera de refinar mi mirada interior sobre el mundo y cómo funciona. Y es que así como uno es miope físicamente lo es también mentalmente. Helen Keller –que como se sabe era sordociega– dijo alguna vez que la persona más patética del mundo es aquella que tiene vista pero no visión.
           
Hoy más que nunca necesitamos aumentar nuestro poder visionario, tanto en lo privado como en lo público. La complejidad cultural ha tomado formas laberínticas, lo cual quiere decir que nuestros sistemas de navegación deben sofisticarse. De otra parte, es cada vez más obvio que las bases mismas de nuestra sobrevivencia están en juego –la red de la vida– y si no queremos terminar como mero débris en las playas del exterminio, tendremos que generar soluciones más avanzadas de cohabitación global. Lo cual demanda un resto de claridad. 

Para generar visión se precisa tener marcos funcionales de interpretación. A veces pasa que nos ponemos anteojos interiores (por ejemplo ideológicos) que de plano no funcionan. Más bien ensombrecen nuestra visión, lejos de arreglarla. A lo mejor son gafas anticuadas, que ya no responden a las necesidades actuales, que no engarzan con las posibilidades futuras. Hay que tomar en cuenta que las condiciones objetivas y socioculturales están cambiando constantemente, por tanto se requiere un continuo proceso de afinación de nuestra mirada.
           
Esas cosas pienso, cuando el doctor abre la puerta y me invita a pasar a su consultorio. Ya veremos, pues.
             

(Buscando a Syd publicada el 8 de diciembre de 2016 en El Periódico.)

No hay comentarios:

Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
Creative Commons License
Buscando a Syd by Maurice Echeverría is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 Guatemala License.