'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







JRZ (2)

Por supuesto, su estilo frontal le ha valido toda clase de episodios desagradables, que no vamos a enumerar aquí, pues son de todos sabidos. Nadie puede decir que JRZ no ha hecho sacrificios.
           
Me he preguntado incluso si no hay incluso un “death wish” en ello: si José Rubén Zamora no quiere, en cierto modo, que lo maten; si no quiere ser, en el fondo, destruido. Pero hay otro aspecto: la inocencia, el idealismo, la hidalguía.
           
Y la admirable tenacidad. En mi caso, si tuviera que soportar el “laberinto perfecto” en el cual JRZ vive, con todo lo que eso conlleva, ya estaría instalado en el rebonito, o ya habría hecho check out. 
           
Pero allí sigue José Rubén, en la guerra, y para seguir en la guerra ha tenido que diversificar los medios, lo cuál incluye realpolitik y tácticas lazarillas y francotiradoras, infrontales.
           
Que para realizar un proyecto como El Periódico se requiere alfilear un poco, pues sí. Vaya usted a montar un diario de esta envergadura sin ajedrez, y estará fuera en dos semanas.  
           
Se habla de la sección El Peladero, ambigua en sus métodos, y que sin embargo ha acertado en tantísimas cosas. Cuántas veces no ha tenido El Peladero el hocico lleno de razón, sin contar el humor carnavelero y meador de sus notas, el cojo desparpajo, más adecuado al bufón chapín, contra el periodismo chocho...
           
Pero a pesar de que Zamora habla con autoridad y suficiencia directa en sus artículos, mi impresión es que es una persona que también tiene una dimensión modesta, atenta, vulnerable, casi nerviosa. Si fuera alguien exclusivamente duro, amachetado y atrabiliario, entonces de seguro ya hubiera pasado a ser uno de los sujetos autócratas y coercitivos que tanto detesta.
           
Pero de hecho hay mucha sensibilidad en su persona, mucha; y eso se ve por cierto en la manera en que aprecia el ámbito de la cultura y sus guardianes.
           
Celebro a José Rubén Zamora. Le reservo admiración y lealtad.


(Buscando a Syd publicada el 16 de julio de 2015 en El Periódico.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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