'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Gt (66)

Termino diciendo que lo ideal sería ahora buscar una manera de llevar esta plataforma teórica a la práctica. Pero esos, como se dice, son otros veinte pesos.    
           
Para hacer el presente trabajo me inspiré en el Eneagrama (que no es psicología barata y pop, como puede pensarse, sino un método muy elegante y muy serio de reconocimiento de egotipos), también en la Teoría de los Arquetipos, en el Modelo Integral, en la Dinámica Espiral, y un poquito en los Doce Pasos. Por otro lado, mucho de mi trabajo tienen que ver con hacer plataformas de marca para organizaciones y empresas, y eso ayudó bastante a diseñar Gt.
           
Quiero disculparme por la tonalidad a veces tan didáctica, quizá incluso directorial, de este pequeño estudio (procuré motearla a ratos de ironía, a efectos de que se sintiera menos). Y sin embargo quiero decir que era fundamentalmente necesaria. Este cariz pedagógico está vinculado a una inocencia: la de volver a lo más básico, y empezar de allí, empezar de cero, como en el kínder. Volver a lo básico, al origen, es algo que de hecho tenemos que hacer cada cierto tiempo, o de lo contrario nos perderemos en toda clase de laberintos nacional–conceptuales. Pero luego resulta que esa misma inocencia o apertura es un llamado a que la claridad y dirección aparezcan. No puede surgir el niño sin que surja a la vez a su alrededor cierto energía orientadora, pedagógica. Son dos cosas que van naturalmente de la mano.  
           
Lo que espero que haya quedado claro, al final, es que no se trata de cambiar nuestra cultura, sino de sanearla. No se trata de ser otra cosa, sino de ser lo que somos, sanamente. Ser lo que somos sanamente es lo que debemos ser, y es lo que nos permitirá ser más de eso que ya somos, de forma mejor. 


(Buscando a Syd publicada el 4 de junio en El Periódico.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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