'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







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¿Qué dicha hay reservada por ejemplo para aquel que vive en uno de nuestros barrios periféricos o ciudades satélite y está condenado a viajar cuatro horas de ida y cuatro de vuelta en un bus en donde muy precisamente se acaban de subir dos basuras muy maleados para basculear a cada uno de los pasajeros dejándolos una vez más en la premiseria y tanto y todo por ir nomás a trabajar y lo peor es que a menudo en bretes que ni un mismo orco de la Tierra Media soportaría y estaría en condiciones de aguantar?

De allí la importancia –antes de invitar a la gente a la gran orgía de la prosperidad– de asegurarse que hayan bases solidas de orden y seguridad que puedan sostenerla. De otra manera lo único que estamos ofreciendo es crueldad: un paraíso aparente, pero impracticable.

Ya con esas bases establecidas, la idea es fundar por todos los medios posibles fuentes fluidas y legítimas de movilidad social, que no se descalabren a la primera. Condiciones más atractivas de vida que no sean solo espejismos y no cedan fácilmente a la entropía. Necesitamos, sí, conductos para el esfuerzo inteligente y motivado, la iniciativa libre, la autonomía creativa, la ética personal, la libertad secular, el progreso liberal y técnico del individuo y de la sociedad pragmática. Estamos hablando de diseñar un nivel cultural inteligente en donde se reconozca la entrega apasionada, la competencia productiva y el propio poder explorante, para liberar así zonas crecientes de comodidad, acceso y conveniencia.

Un nivel cultural en donde tengan lugar el mérito independiente, la asertividad entrepreneurial, el pensamiento desregulado, la pulsión diferenciadora, el criterio cultural, la ambientación estética, la curiosidad racional, el humor informado, el oasis tecnológico e informacional. En corto: la satisfacción contemporánea.


(Columna publicada el 29 de enero de 2015.)

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Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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