'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Gt (12)

Cierto que por ser luchadores aguerridos hemos aguantado los peores infiernos; pero a veces hemos creado esos peores infiernos por ser aguerridos luchadores. Es un catch–22.

Una lástima que no hayamos aprendido a sublimar nuestros impulsos belicosos para ponerlos al servicio de la noble resistencia, la sociedad alumbrada. Más bien lo contrario, Guatemala es el perfecto machote del sadomasoquismo navajero a escala estatal. Siendo como somos de la tierra, hemos traído a la tierra guerra, garra y muerte.

Hace unos meses, una nota periodística nos explicaba que la Monja Blanca se ha extinguido de los bosques del país. De ser cierto, bien podría metaforizar lo mucho que hemos dado la espalda a nuestra propia ternura y a toda fineza. Felicitaciones, hermanos chapines: nos hemos convertido en cuatreros, violadores, mareros, secuestradores y victimarios de tiempo completo. Cuando el peatón cruza la calle, el carro acelera.

El horror más grande, el sacrilegio más incomparable, es cuando el guerrero mata al quetzal. O ya fuera del territorio mítico, cuando una madre ixil y su hija de siete años son profanadas simultáneamente por una jauría de soldados. Es cuando el combatiente guatemalteco, en vez de velar por lo frágil, lo aniquila.

Quisiera añadir que, al mezclar nuestra ingenuidad terrenal con nuestra energía confrontacional, caemos en zonas peligrosamente regresivas: convicciones religiosas mítico–integristas y creencias políticas crudas y predadoras (o la mezcla de ambas: Ríos Montt). Y decir que cuando el guerrero se une al bufón que hay en nosotros, surge, muy simplemente, el bully: el que se burla coercitivamente de todos, mientras les baja a vergazos los dientes.


(Columna publicada el 24 de abril de 2014.)

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Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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