'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Venimos a bailar


Ya diciembre nos hizo a todos huérfanos: nos ha quitado a Mandela.

Mandela: trajiste de la tribu la lanza guerrera, poniéndole en la punta el acero del perdón y la reconciliación. Abogado de los nuestros, ser de saberes, qué puño sano, el tuyo, qué hombre más vertebrado fuiste, en tan pequeño cuerpo, de pájaro delgado. Qué ironía que hoy te celebre el universo, boxeador, cuando ayer eras el comunista de las gacetas del odio.

Se abre la puerta: son ellos, los gibosos, vienen a llevarte, porque traicionaste a los traidores. Tragaste la tos de la injustica durante veintisiete largos años. Y sin embargo siempre fuiste el más libre, con prisión o sin ella, en la clandestinidad y en la gloria.

Saliste de las cárceles con una sonrisa en el rostro (qué manera de sonreír al gobernar, de gobernar al sonreír). Maestro de la dignidad, menudo gran hombre, de tremenda mujer acompañado. Trabajaste duro por terminar ese largo mandarinato sin sentido, por cancelar el África hipotáctica, encadenada, de aquellos seres leporinos y sin alma que bajaban a tiros a los negros mientras sus esposas blancas se ponían la lencería del desprecio y limpiaban la cristalería del racismo; o de los africanos de color que quisieron convertirse ellos en los nuevos amos, quemando cuerpos en la noche.

El partido del racismo no acaba, pero nos legaste, Madiba, el mandala de la igualdad. Tu cadáver tiene estatuto de horizonte. Todo el África y el mundo respiran por la gracia de tu levísimo corazón despejado. Así que abre la puerta: esta vez somos nosotros, los huérfanos, venimos a bailar. Con el canto de todas las razas, te llamamos. Ya lo hemos votado, uno a uno, y te queremos de regreso, Presidente.


(Columna publicada el 12 de diciembre de 2013.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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