'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







La ciudad se ahoga

Día uno.– Voy a ver la ciudad, desde la terraza. Un viento ominoso estremece los árboles.

Día dos.– Un pájaro verde se estrella contra la ventana, y ahora tiene la pata rota. He procurado ayudarle, pero ha salido volando.

Día tres.– Hoy por la mañana vuelvo a salir a la terraza y compruebo horrorizado que la ciudad está inundada: todo hundido bajo múltiples metros de agua.

Día cuatro.–El nivel de agua sigue subiendo. Llamo a un amigo para preguntarle qué está pasando. Me responde: «Es la mezcla del mal karma colectivo de la Nueva Guatemala de la Asunción + la pésima voluntad de Dios + el calentamiento global, ahora llamado cambio climático, que ha derretido los casquetes polares».

Día cinco.– El agua ya se ha tragado por completo el edificio del Call Center y la Embajada de México. CL6 y yo y la gata estamos preocupados. La comida se nos acaba. Oímos las noticias en una pequeña radio portátil.

Día seis.– Sobre la urbe hay una espiral de maldición, que arranca los árboles, destruye las ventanas y edificios, emana olas vehementes y tropicales de agua y basura, débris caótico, láminas de zinc, carros flotantes con conductores petrificados dentro, niños muertos y descalzos, y algunos, inexplicablemente, son filipinos. Los vivos piden agua y ayuda humanitaria, o se dedican a matar a los otros vivos, por un poco de comida, y a saquear las tiendas por una tele de plasma, que de todos modos está mojada y no sirve.

Día siete.–Las comunicaciones se han cortado por completo. La comida se ha acabado. El agua está a punto de llegar a nuestro piso. Vemos CL6 y yo y la gata nuestro último atardecer de noviembre.


(Columna publicada el 14 de noviembre de 2013.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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