'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Carta







Amor que nació vivo, genéticamente fuerte, con herida en la frente, sellado por sangre. Nada hubo que planear, pues ya todo estaba planeado desde el principio de los tiempos. Tomamos la decisión en la laguna de los viejos dioses mayas. Luego construimos nuestro hogar encima de las ciudades de hueso.

Hemos crecido juntos, simbióticamente, en los descensos, éxtasis y hastíos de la mirada. A veces peleamos; a veces, amenazas, cristales y cuchillos. Pero el grito de nuestro amor, grito de guerra y amor, aplasta diferencias y somata lo igual. Después de diez años, está visto, no seré yo otra cosa que este tecleador de tiernas sentencias, y vos no serás más que el ave singular que fue extraída del cielo y del labio y de los cielos. Algo hemos envejecido, pero da igual, porque los tótems de lo extraordinario se han posicionado fijamente en los balcones.  

Me gusta andar con vos, porque sos práctica y sos indomable. Ay amor, cómo te veo dormir, y a tu lado una gata. ¿Quién tiene tu altura exagerada, Chiquita? Los anillos nunca los llevamos por fuera: están en lo hondo, lo enigmático de la carne. Ignoro, es cierto, si vamos a terminar juntos (nadie sabe estas cosas, pero yo quiero que esto siga y siga, y es lo que quiere la ventana). Lo que sí puedo decir es que diez años contigo son ya un regalo inmerecido, hiperbólico.

Si fueras arrancada, si fueras muerta, no volvería yo a mujer alguna, porque sos la mujer que el cosmos envió desde el centro de un mutante. Ni dos ni tres: son diez años de casados, mi partner. Que seguirán rodando por veredas libres y decretadas. Las aves de aluminio se funden en tu sartén. Comamos, pues, amor.


(Columna publicada el 5 de septiembre de 2013.)     

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Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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