'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Huracanes


Ya muy acá la gira–tour de huracanes. Banderazo oficial en junio, terminando la temporada en noviembre, aprox. La cosa, el orden divino o natural, decide destruir y ulugrún. Deja casas deshechas sobre sudarios de escombros, humanoides vencidos en litorales blancos. Vienen tantos ciclones, tormentas, con sus caireles, en Atlántico y Pacífico. ¡Ay de nuestro istmo, frágiles telarañas, pueblecillos sin plegaria!

Ustedes saben que las tormentas tropicales se ordenan según el abecedario, un sistema funcional si los hay. Este año Alvin fue la primera tormenta en honrarnos con su presencia. Luego vendrán otras acaso más taimadas y llevarán apelativos tipo Kiko o Van o Zelda. Veremos pics satelitales, con vistas superiores de energías temibles, orbitales y sadoclimáticas. En el pasado estas mismas energías se llamaban Katrina, Mitch, Stan. Nombres excrementicios en la memoria de muchos.

Las  comunidades humanas se alistarán como pueden, ante lo inevitable. Producirán mapas de riesgo, sellarán ventanas, darán comunicados, harán, acaso, evacuaciones. Planificarán. Pero con las tormentas nunca se puede planificar lo suficiente, así que muchas medidas resultarán artificiales.

¿Quién, díganme, contra los elementos ya en desate, ya desatados? Aguas sin salmo, lluvias sin seso, océanos contrasolidarios. Vientos blasfemos y meteorológicos. Lodos ictéricos. El resplandor mismo de la destrucción. El saldo pues tristísimo. Las pérdidas económicas, indecibles. Las carreteras, hechas una mierda. Miles de afectados–damnificados. Tantísimos muertos. Sobrevino la desgracia mineral, vegetal, animal, humana, hasta la etérica. Uy.



(Columna publicada el 30 de mayo de 2013.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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