'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Autodidacta (2)


No me llama la atención destruir la figura del mentor. Tengo suficiente admiración por aquellas personas que inevitablemente poseen más experiencia que yo. Pero en tanto que autodidacta evito caer en cuencas fijas de heredad y transmisión, y eso me ha dado me parece a la vez carácter y elasticidad. Sobre todo, mis errores han sido siempre míos –de ellos lo he aprendido todo. Cuando los escritores emergentes me envían manuscritos y textos, para que les facilite un comentario, respondo: gracias por pedirme una opinión, pero ocurre que yo creo en la opinión propia.

Con el internet las posibilidades para el autodidacta son fluidas e infinitas (no lo eran en mis tiempos adolescentes, desgraciadamente más feudales). Internet trajo rosas, trajo condiciones inmejorables de autoaprendizaje. En lo personal tiendo mucho a la información en audio: podcasts, webinars, etc. Me he metido al organismo miles de horas de información auditiva, por lo general mientras lavo platos (lavo muchos platos); en mi caso, información relacionada con la consciencia y la espiritualidad –mi rollo. Otros absorben datos de política, branding o paleobotánica. El arte del autodidacta (y en esta era todos somos en una medida autodidactas) consiste en encontrar las fuentes óptimas de conocimiento, las más jugosas.

El internet me ha dado la clase de educación instantánea, directa y caudalosa que jamás me hubiera podido dar una universidad, y menos en un país como éste. Internet, verdadero Prometeo, es una hermosa tierra para hacer trekking sin guía. Por los senderos del conocimiento –y en plan pata de chucho.


(Columna publicada el 9 de mayo de 2013.)

No hay comentarios:

Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
Creative Commons License
Buscando a Syd by Maurice Echeverría is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 Guatemala License.