'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Integral


Nuestra cultura política sigue desgarrada por la misma sempiterna polaridad.

Estamos hablando de dos residencias ideológicas de conjunto –con sus variantes y subregistros– que se oponen y friccionan, mientras se alimentan parasitariamente la una de la otra.

En sus versiones patológicas y clausuradas ninguna de estas dos membresías ha conseguido salvar el proyecto político del país. Lo único que han logrado es abrir las puertas a la confrontación atávica, y a su valor dominante: el maniqueísmo rapaz.  

El problema es congelar una perspectiva en detrimento de otra (un ejemplo formal: estado de derecho vs. derechos humanos). El problema toca no solo a derecha e izquierda, sino además al centro que, en su modelo acomodaticio y moderante, también descarta grados políticos significativos.

La vieja forma de situarse en el espectro político jamás ha funcionado. Esto no debiera llevarnos a rechazar la política desde un escepticismo nihilista e inmaduro. Tampoco debiera llevarnos a la esquizofrenia doctrinal o partidista.

Debería más bien ayudarnos a establecer un guión de desarrollo integral que permita por un lado sinergizar las expresiones sanas de las tres esferas dominantes del espectro ideológico, y por el otro discernir y enfrentar los aspectos sombra de cada una de estas esferas, bajo un intrépido y muy serio marco de rendición de cuentas. 

Todas las visiones políticas tienen en ellas, en su modalidad saludable, un valor y una razón legítima de ser. Solo podremos salir de esta crísis en la medida en que podamos honrar de modo simultáneo las múltiples perspectivas del paisaje del poder.


(Columna publicada el 11 de abril de 2013.) 

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Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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