'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







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Si tu camino no se corta, tu camino no lleva a ningún lado.

Nos han dicho que la religión no es más que el dedo que señala la luna: de allí la importancia de no quedarnos viendo el dedo, como idiotas.

Un sendero dármico auténtico es aquel que nos da los medios para que nos independicemos de su propia autoridad, en el acto desmantelándose a sí mismo.

En la madurez espiritual nos apartamos de todas las formas, por muy sublimes que sean. La religión–útero hay que rasgarla con cuchillo desde abajo y desde dentro, para así nacer, entre la sangre, hacia arriba. El final del relato religioso consiste en dar la religión misma en holocausto. La religión produce un gran fuego y en ese fuego arde la propia religión.

Dice Surya Das: “¿Para qué ser budista cuando puedes ser un Buda?”

No vamos a rechazar con desdén las formas religiosas, sino que las vamos a trascender: es distinto. Hay un mérito de hecho aprender de ellas, guardarlas y respetarlas; pero no las llevamos a cuestas, gravosamente, porque para viajar en el Espíritu lo mejor es viajar ligero, más allá de autoridades, medios y clubes religiosos. Cualquier clase de intermediación debe ser superada, en pos de la experiencia directa de lo real.

Así es como entramos de lleno en el misterio. El misterio y la duda sagrada atropellan una a una todas las configuraciones. Nos desapegamos de figuras y mentores, ejercicios espirituales, prendas litúrgicas y objetos devocionales, incluso de nuestra necesidad de estar cosidos a otros como nosotros, y así, desnudos, nos damos a lo más libre. Hay humor místico y desmesura. Nos echamos a reír. 

3 comentarios:

Anthony dijo...

Este blog es tuyo también?

http://dulcesytraumas.blogspot.com/

Maurice dijo...

No, no es mío.

Maurice dijo...

No, no es mío.

Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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