'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Adentro/Afuera


No hace falta convertir lo que claramente es una función en una identidad.  

Los humanos tienden a transformar el hacer religioso en una manera irrevocable de ser. Así la religión se presenta a menudo como una especie de patrimonio ontológico, lo cual es fuente segura de toda clase de conflictos.

Pero si percibimos la religión como un medio nomás –de acceso o expresión interior– entonces podemos hacer (o dejar que otros hagan, o no hagan) uso de ella de acuerdo a las propias pulsiones, sin generar problemas insorteables.

Véase pues la religión como una herramienta. Una herramienta sagrada, acaso, pero una herramienta de cualquier manera, como lo es un desatornillador, o un martillo. No se trata de llevar el martillo a todos lados, ni todo el tiempo, con uno. Eso sería muy neurótico.

Ahora bien, hay personas que convierten el martillo religioso en una efigie inamovible, y hasta lo usan para golpear a otros. Los hay quienes agarran ese mismo martillo y con mucho entusiasmo lo queman en la plaza pública. En ambos casos, el martillo se ha convertido en una identidad a defender o derrocar.

Cuando comprendemos que la religión no es más que un instrumento en nuestras vidas, somos libres de entrar y salir del templo –podemos estar adentro o afuera de la religión– según nuestras auténticas necesidades, intereses, compromisos y propensiones.  

La religión así deja de ser un marco fijo de creencias, para volverse un marco fluido de trabajo. Lo insalubre es retener un enfoque religioso cuando no tiene uso, o bien en prohibir su manifestación cuando es indispensable. Lo sagrado será flexible, o no será.

(Columna publicada el 21 de marzo de 2013.) 

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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