'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Afuera


Abusos de poder incontrolables; iniquidad, tortura, persecución y muerte; superstición, ignorancia feudal, fundamentalismo dogmático;  teofanías torcidas o mal glosadas; inmoralidad y criminalidad a magistral escala; intolerancia a la crítica y disensión de cualquier clase; el asqueroso y sistemático suprimir de todo foco de creatividad y auténtico crecimiento interior…
           
La religión, tal y como se ha vivido –y se sigue viviendo– presenta muchos problemas. Por tanto hay que situarse afuera del supermercado religioso, desde allí criticarlo.

A menudo la religión se limita a ser un conjunto de costumbres, creencias e interpretaciones, y no participa en una dimensión experiencial. Pero la religión no puede ser ya a estas alturas una promesa de bienestar: tiene que ser su expresión consciente.

Lo que más entristece es ver cómo las grandes religiones han descuidado sus legados místicos, y han hecho de lo absoluto un Dios–Programa. Se enfocan en lo revelado y olvidan por completo lo revelante.

Luego también es una pena que no exista el asombro interespiritual. Más bien lo que hay es el bullying religioso, la apologética descarriada y no inclusiva, la privatización de Dios.

También se lamenta que las grandes religiones no hayan pasado completamente por la experiencia de la modernidad (no reconociendo la dimensión liberal de lo sagrado) y aún menos de la posmodernidad, ya no digamos de la transmodernidad.

Cancerberos de la burocracia espiritual, mercádologos de la religión, colonizadores de la consciencia. Hay personas que van al templo a esconderse del Espíritu. En el templo degollan al cordero, luego lo venden en kebabs.


(Columna publicada el 7 de marzo de 2013.)

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Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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