'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Sagrado libro

Origen sagrado del libro: la primerísima obra publicada de la cual tenemos noticia es el Sutra del Diamante.

Comprendo, conmovido, el inmenso legado que nos dejaron aquellos monjes aplicados en la divina scriptoria, cancelándose los ojos en jornadas meritorias, transcribiendo las Escrituras, o bien tratados de Aristóteles y alumbrados similares. 

Y no obstante fue la Iglesia quien más se apuró en ignorar la procedencia divina del libro, creando el ominoso Index librorum prohibitorum, que habrá contribuido no poco con el fenómeno del calentamiento global, por virtud de amenos churrascos inquisitoriales. Lo mismo en el seno del Islam integrista, que ni siquiera soporta las obras de Harry Potter.


Ese proceso áspero de discriminación lo vemos a la vez en el campo ideológico. En América Latina hubo una época en donde te molían el hocico a culatazos por tener en el anaquel una obra de Marx.

Este mes la Feria Internacional del Libro en Guatemala abre nuevamente sus puertas, viene a ser una ocasión propicia para recordar lo mucho le que debemos al libro –como cristal productor de sentido– y al homúnculo curioso quien lo hace posible –el escritor– si acaso no como protagonista social de importancia, a la manera decimonónica, al menos como entidad de referencia en el paisaje cultural.       

Y así aprovechamos para limpiar el Parque de la Industria –sede recurrente de la Feria– de las malas vibras dejadas por los enfrentamientos de la semana pasada –cometidos atrozmente en nombre del orden y la educación– y ponemos en su lugar una atmósfera de devoción y gratitud hacia la palabra.


(Columna publicada el 12 de julio de 2012.)

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Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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