'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Ciudad seca

Hace algunas semanas, me escribió Marielos Porras, del Fu Lo Sho, contándome sobre la situación de su restaurante. La tenía inquieta la posibilidad de que los dueños de los edificios del área terminasen con lugares tradicionales para meter otra clase de negocios, para ellos más rentables.

En el mensaje que le escribí de vuelta, puse: “El proyecto de remozamiento de la sexta no fue desde sus inicios otra cosa que un proyecto de corte inmobilario–edilicio–empresarial.”

El problema es cuando se empiezan a tomar resoluciones en torno al factor dominante y excluyente de la oferta–demanda, por encima de los criterios comunitarios y vitales. Otro problema es cuando se utilizan esos mismos criterios comunitarios y vitales como fachada para lucrar.

Los dueños de los inmuebles tienen derecho a hacer con sus propiedades lo que les venga en gana. Pero nadie puede ignorar que el mercado achata nuestra realidad, por ejemplo desintegrando sus dimensiones populares orgánicas. Son muchos quienes desean lugares bonitos, asépticos, funcionales, inexpugnables, competitivos y remuneradores, pero lo malo es cuando tiran el bebé con el agua de la tina, y liquidan la poesía misma del la zona. Muere así la revelación, la contraluz, el encuentro, el mysterium tremendum de la urbe, la memoria, la intimidad y la cultura. La ciudad, ya sin fluidos, termina secándose.

A varios negocios del área, en principio ilusionados con el proyecto de sanitización de la sexta, el tiro puede que les salga por la culata. Esperemos que no sea el caso del Fu Lo Sho.


(Columna publicada el 26 de julio de 2012.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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