'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







El punto y el espacio (I)

Es la debacle cultural, ecológica, financiera, así en el país como en el mundo. ¿Cómo vamos a resolverla?

Tradicionalmente, hay dos estrategias de abordar una crisis: destruyendo viejas relaciones o creando relaciones inéditas.

Cuando optamos por destruir relaciones, estamos optando por una solución localizada, implosiva. Nos ensimismamos. Nos establecemos en una insularidad. Así lo hicieron aquellas comunidades que se retiraron de la naturaleza y el nomadismo, y se concentraron en puntos de poder, en donde levantaron fuertes y ciudades. Parecía una manera brillante de sobrevivir, de atender las exigencias del presente radical. La especie humana optaba por la individualidad y la separación. A partir de allí creó conceptos como el de nación, autonomía, soberanía.

Otra forma de sobrevivir consistió en crear traslaciones y relaciones nuevas. Los seres humanos salieron a buscar nuevos recursos más allá de los límites del mundo conocido. Muchas narrativas nacieron de este modelo: la caza de animales en la selva feral, la conquista náuticobestial del orbe, el lanzamiento de la perra Laika a la luna, o la globalización, por decir. Además, el tiempo dejó de reducirse  al presente y se presentó a nuestros ojos como un vasto territorio elongado, en el cual sembramos de todo, desde planes quinquenales hasta cámaras criogénicas.

Pero tanto el modelo localizado como el expansivo tienen, cada cual, su cuota de problemas. Adicionalmente, cuando no se toman en cuenta el uno al otro, se enfrentan creando tensiones titánicas. El reciente debate constitucional en España, de cara a la Unión Europea, nos reveló un ejemplo fascinante de ello. O qué decir de los Estados Unidos, un país raleado por la deuda, desintegrado laboralmente, en un momento tangible como ninguno, pero a la vez con la necesidad abrumadora de repensar su futuro y economía abstracta a largo plazo. En Guatemala está planteada la cuestión de cómo vamos a inyectar nuevas corrientes de inversión sin hipotecar el país ni destruir nuestra integridad ecológica... (Continuará.)

             
(Columna publicada el 22 de septiembre de 2011.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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