Los dados torcidos
He puesto en la web un nuevo libro, llamado Los dados torcidos. Se trata de mi cuarta novela, y se la dedico al Doc, un personaje importante en el argumento de mi vida.
Se me ocurrió escribir la historia de un hombre con billete que se dedica a coleccionar a personas en coma, como otros coleccionan autos o amantes. Como es mi modo, le fui dando una pincelada fantástica a la trama. Es una novela divertida y no divertida, quizá no mal redactada.
Somos tan idiotas como para creer, ya no sólo que nuestros cuerpos son nuestras posesiones, sino además que podemos poseer otros cuerpos. Allí el tema nuclear de Los dados torcidos, pienso.
Siempre es raro ver cómo una idea literaria de pronto se manifiesta, por medio de la publicación, en la misma realidad que ocupan los cuchillos y los cetáceos y los microondas. Ha dejado de ser una idea y se ha vuelto algo visible.
Es cierto que la novela no llegó completamente a libro de carne y hueso, sino se quedó en lo digital, que es una especie de bardo o entre–estado. La verdad quise encontrarle editor, pero ocurrió que: 1) me quisieron cobrar por publicarla (una práctica insultante); 2) o me invitaron a hacer una larga fila, estilo Dachau; 3) me dijeron que no les interesaba; 4) me dijeron que sí les interesaba –pero luego se quedaron mudos y quietos, como las lagartijas.
La verdad es que les doy, a los editores, un tanto de razón. Mi novela Diccionario Esotérico, aunque bellamente impresa, fue un fracaso de ventas (el precio para nada ayudó) al punto que le terminé comprando a la editorial las copias restantes.
Y así fue cómo Los dados torcidos terminó también en blog. Ya he publicado en esta forma una docena de obras. Aunque sospecho que ésta será la última. Otros intereses ocupan mi mente. Me comparo al mono de Monterroso –el mono que quiso ser escritor satírico– que luego le empezó a dar por la Mística y el Amor y esas cosas.
El link: www.losdadostorcidos.blogspot.com
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