'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Mi búnker antielecciones

Mandé a comprar, vía Amazon, un búnker antielecciones. La mejor inversión de mi vida.

¿Razón de la compra? Bueno, básicamente no pretendo pasar por un nuevo Calvario de spots televisivos y vallas; es cero mi interés de asistir a sobremesas estultas en torno a la política; no ando de humor para atender las fantasías de poder de unos candidatos que, viejos o nuevos, son para siempre los mismos; y es que no me gusta nada lo que le hacen a la ciudad, a las carreteras, al país, carajo, en su búsqueda compulsiva de votos.

Aunque a lo mejor está poco estudiado, las elecciones causan toda clase de degeneraciones en el sistema nervioso. Pero como no se trata de forrarse de ansiolíticos, he optado por comprar un búnker antielecciones.

Sepan que estos búnkeres son de lo más bonito, y se pueden pedir vía Amazon, en su modalidad Tipo Suizo. En general los búnkeres antielecciones difieren en su estructura de los búnkeres –también disponibles en Amazon– antiatómicos y antialiens. Nada que ver con esos crasos búnkeres de hierro y hormigón; hay inclusive –si usted tiene el dinero para ello– búnkeres inteligentes, completamente automatizados.

Figúrense que en Amazon habían 14 búnkeres nuevos (con posibilidad de Free Super Saver Shipping) y 7 usados. Yo me compré uno nuevo. “You´ll love it”, decía la descripción del producto. “Seguridad total”, “A prueba de toda clase de proselitismos”. Esta clase de búnker promete ponerse muy de moda en tanto país árabe que amenaza por estos días con salir del clóset y ponerse democrático.

Lo que me decidió al fin a comprarme un búnker antielecciones fue la reseña de un customer, que decía: “¡Si Hitler hubiese tenido un búnker como éste no se habría suicidado!”. Y en efecto, ¡cuánto confort! Una kitchenette muy adecuada, un sistema de audio mortal, posibilidad de wi fi, y un dish con todos los canales del mundo, salvo los de noticias, naturalmente, la idea finalmente siendo ni enterarse de los resultados de las elecciones. Cien por ciento recomendable.


(Columna publicada el 17 de febrero de 2011.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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