'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Ratas de laboratorio

Como no sé si escribir del mural de Rivera o del sucio asunto de la sífilis escribiré de las dos cosas. Están después de todo relacionadas: ambas muestran los sórdidos vínculos que Estados Unidos ha mantenido con Guatemala.

Guatemala, más que el patio trasero de los Estados Unidos, ha sido su laboratorio frik. Un laboratorio ecónomico y político, y ahora médico, según quedó establecido la semana pasada, con eso de que investigadores del servicio de salud pública de los Estados Unidos infectaron de sífilis y gonorrea a no dos ni cuatro guatemaltecos en los años cuarenta, sino a cientos y miles, muchos de ellos presos y enfermos mentales –dándole así un toque cinematográficamente oscuro al asunto todo. Y vemos cómo la sífilis, independientemente de si es europea o americana, es una enfermedad que se externa en situaciones de conquista.

Hay antecedentes para esta clase de prácticas. He leído que el mismo Albert Neisser, quien descubriera el agente patógeno de la gonorrea, infectaba deliberadamente a jóvenes prostitutas a finales del siglo XIX. Y están los experimentos nazis, por supuesto. La inoculación sin consentimiento siempre tiene algo o un montón de nazi.

Vámonos ahora al mural de Rivera, que busca mostrar cómo Guatemala ha sido el laboratorio económico–politico de los Estados Unidos. En él veremos a Castillo Armas estrechando la mano del Secretario de Estado de EU, John Foster Dulles. También aparecen Allen Dulles, primer director de la Compañía, y Eisenhower, quienes contribuyeron todos a defenestrar el proyecto político de Arbenz, y blindar así la economía bananera. El antecedente en Guatemala habría de inaugurar una era de intervencionismo en América Latina. Aquellos que agradecen a los Estados Unidos su rol durante la contrarrevolución están agradeciendo a los mismos que apenas algunos años antes habían infectado a sus compatriotas como ratas de laboratorio. Ya decía Nietzsche, un sifilítico ejemplar, que cada pueblo tiene su propia hipocresía, y la llama su virtud.


(Columna publicada el 7 de octubre de 2010.)

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Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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