'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Vidas especiales


Si algo ocurre a alguien de relevancia social, la colectividad da a este hecho una atención exclusiva. Se establece una cuota de etiqueta administrativa, política, institucional y nacional –CICIG, Ministerio de Gobernación, prensa, grupos de presión, foros de Facebook, lo que ustedes quieran– para atender todos los pormenores del caso.

Algunos, muy críticos, se preguntan: ¿qué tiene esa persona de especial?, ¿cómo es que se le encuadra más que a otros? Por ejemplo, si fue asesinada, preguntan: ¿y qué hay de toda esa masa de asesinados anónimos, por qué nadie se ocupa de ellos?

Es una pregunta legítima. Por afecto a la especulación, voy a tirar de una vez la pregunta al aire: ¿es que hay individuos que son más especiales que otros, que merecen digamos más importancia?, ¿cuáles son los criterios de la atención pública?

En realidad hay muchos criterios, pero me ocuparé en particular de dos: un criterio horizontal (criterio de igualdad) y un criterio vertical (criterio de meritocracia). Es la cruz de la atención pública.

Los defensores de la igualdad –la igualdad, ese principio inmanente de las sociedades libres– afirman que considerar una vida más valiosa que otra lleva eventualmente a un estado de discriminación y estamental.  

Los defensores de la meritocracia –apoyando el mercado de las cualidades– consideran que de hecho hay vidas que son más únicas que otras, que aportan más a su medio, y que son más relevantes simbólicamente.

Si la pregunta es tan interesante es porque tanto meritocracia como igualdad son nociones coemergentes en todos los sistemas democráticos. No hay sistema democrático legítimo que no contenga ambas perspectivas. Pero es un hecho que son dos perspectivas que jamás terminan de fraternizar del todo. Una cruz, como ya dije, y una cruz que vamos a seguir cargando.


(Columna publicada el 22 de abril de 2010.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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