'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







22 Escarabajos


Cuando Dios cayó en cuenta que en su vasto universo había una cierta grieta por donde goteaba el mal, entonces a modo de enmienda, hizo a los Beatles. Los hizo ni muy aguados ni muy rígidos. Los hizo con masa de tortilla.

Es lo que dicen unos teólogos. Otros dicen que el Creador tiene exactamente cuatro largos dedos, con los cuáles se mantiene tocando a perpetuidad en el piano la melodía bruja de I am the walrus. Lo cuál resulta bastante más plausible.

Como sea. Lo que de plano es incuestionable es que la divinidad y los Beatles van siempre de la mano. Y que todo hombre temeroso de Dios está en la obligación de honrar al cuarteto de Liverpool, o corre el riesgo real de ser eviscerado durante eones por pequeños enanos hostiles envueltos en papel de celofán, mientras pantallas de televisión emiten una y otra vez la semifinal de la Academia.

Esa clase de castigo no estoy dispuesto a soportar.

Por eso, cuando el escritor español Mario Cuenca Sandoval me invita a colaborar en su antología 22 Escarabajos (Antología hispánica del cuento Beatle) yo le digo a huevos sí y faltaba más. Las obligaciones místicas, antes que nada.

Me puso, y yo agradecido, junto a mara de loco talento –Creyentes, a no dudarlo– y autores que van engrudeciendo el nuevo panorama literario de nuestra lengua, y que se nota no necesitan tecomates para nadar. Especialmente los hay algunos en la segunda parte del libro –Javier Fernández, Xavier Velasco, Roberto Valencia, Leonardo Aguirre– que producen vibraciones literarias superespeciales de tonos muy profundos y violetas.

Yo, que soy un lazarillo y un pelado y un polizonte nada más, espero por mi cuenta no haber traicionado demasiado al Todopoderoso ni a Lennon (acaso lo mismo) con el homenaje nativo que a éste le hice. Dios nos guarde de los homenajes chafas.


(Columna publicada el 17 de diciembre de 2009.)

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Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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