'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Paralelo 38


Muy interesado por saber cómo el Consejo de Seguridad piensa abordar la cosa de Corea del Norte.

Una palabra que se ha usado mucho es esa palabra “sanción”. Nada conciliatoria, no es un pastel de manzana, pero es una palabra bastante prudente en un conflicto que ya ha rebasado ciertos límites designables. Es un término sobre todo comunicacional y público, destinado a hacernos creer que vivimos en un mundo en donde la niñera tiene aún la última palabra. Presupone que ya todas las reglas han sido ensayadas y poseen un peso exacto. Como si estuviéramos viviendo un campeonato de la FIFA. Se cree que después de dos guerras mundiales, una guerra fría, y un deshielo, las sanciones deben funcionar. No como prácticas lisérgicas, experimentales. Más bien como expresiones de un derecho de piso inapelable: el fruto de una supuesta lucidez civilizatoria que tuvo que hacer innumerables sacrificios para erigirse como tal.

Pero a esa perspectiva tan tranquilizadora e inmune se oponen por lo menos dos escenarios “regresivos”. Por un lado, una escalada de tonos que amenaza con estallar en el paralelo 38. Una crisis frontal y clásica entre Pyongyang y Seúl, con factibles grados de operatividad bélica. Y por otro lado, se ha establecido un retrocontexto propio de la Guerra Fría, en donde se rehabilita el chantaje atómico como fuente infinita de especulación. Corea del Norte pudo haber realizado solamente ensayos nucleares. También pudo haber realizado solamente ensayos con misiles. Lo cierto es que hizo ambas cosas. Un mejor desafío a la llamada pax americana sería imposible de igualar. En pleno Siglo XXI, las armas siguen siendo los únicos naipes que imponen respeto, en la carnicería de las voluntades.


(Columna publicada el 4 de junio de 2009.)

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Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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