Los asesinos de la Santander
Agarraron a Radovan Karadzic, y el tipo ya se había construido toda una planta de renunciante que no dejaba de ser funcional.
Muy parecido por cierto a no pocos peatones que miro tediosamente pasar por la Santander mientras me tomo un café a las cinco de la tarde, hora lorquiana.
Individuos que poseen una barba tan tupida y lo suficientemente descuidada como para albergar varias especies de coleópteros. Quién sabe, a lo mejor alguno de ellos es también un Satanás de los Balcanes. Estos lugares como Panajachel –a la vez muy turísticos pero a la vez muy discretos– son los que siempre reciben la honrosa visita de algún ocasional Hannibal Lecter, y de ese modo se da que el tipo con el cual te ha tocado compartir lancha a San Pedro se ha cargado a unos ocho mil musulmanes por ideología y sobre todo por deporte, y anda tomando fotos con su Fujifilm FinePix S700 y una gran sonrisa de abuelito, y además dándote excelente conversación. Porque encima son cultos. Como Hannibal Lecter, Karadzic es muy dado a las bellas artes, y en su biografía siempre lo caracterizan como poeta, además de genocida, y ha ganado no pocos premios por sus versos.
El turismo y los asesinos van de la mano. Ya ven que precisamente una agencia organizó un tour de todos los lugares que el fugitivo Karadzic frecuentaba en Belgrado, antes de su arresto. ¿Cómo es que en Guatemala no hemos pensado en semejante táctica? Ya hubiéramos hecho billetales. Imaginen al guía turístico explicando a un europeo gordo y rosadón, bajo el sol improductivo de Zacapa: “Éste es el lugar en donde las llamas bailaban alegremente alrededor del cuerpo convulso de Otto René Castillo, mientras era inmolado vivo”, etc.
Vamos a ver si Karadzic no se nos duerme a medio palo, como ese otro koala, Milosevic. Para mientras, seguiré escrutando a los asesinos seriales de la Santander, a la cinco de la tarde, hora lorquiana.
(Columna publicada el 7 de agosto de 2008.)
Muy parecido por cierto a no pocos peatones que miro tediosamente pasar por la Santander mientras me tomo un café a las cinco de la tarde, hora lorquiana.
Individuos que poseen una barba tan tupida y lo suficientemente descuidada como para albergar varias especies de coleópteros. Quién sabe, a lo mejor alguno de ellos es también un Satanás de los Balcanes. Estos lugares como Panajachel –a la vez muy turísticos pero a la vez muy discretos– son los que siempre reciben la honrosa visita de algún ocasional Hannibal Lecter, y de ese modo se da que el tipo con el cual te ha tocado compartir lancha a San Pedro se ha cargado a unos ocho mil musulmanes por ideología y sobre todo por deporte, y anda tomando fotos con su Fujifilm FinePix S700 y una gran sonrisa de abuelito, y además dándote excelente conversación. Porque encima son cultos. Como Hannibal Lecter, Karadzic es muy dado a las bellas artes, y en su biografía siempre lo caracterizan como poeta, además de genocida, y ha ganado no pocos premios por sus versos.
El turismo y los asesinos van de la mano. Ya ven que precisamente una agencia organizó un tour de todos los lugares que el fugitivo Karadzic frecuentaba en Belgrado, antes de su arresto. ¿Cómo es que en Guatemala no hemos pensado en semejante táctica? Ya hubiéramos hecho billetales. Imaginen al guía turístico explicando a un europeo gordo y rosadón, bajo el sol improductivo de Zacapa: “Éste es el lugar en donde las llamas bailaban alegremente alrededor del cuerpo convulso de Otto René Castillo, mientras era inmolado vivo”, etc.
Vamos a ver si Karadzic no se nos duerme a medio palo, como ese otro koala, Milosevic. Para mientras, seguiré escrutando a los asesinos seriales de la Santander, a la cinco de la tarde, hora lorquiana.
(Columna publicada el 7 de agosto de 2008.)
2 comentarios:
O los nazis que se escondieron por decadas en Chile y en Argentina luego de la segunda guerra mundial. Uno no sabe la historia de la imagen de las voces. Saludos Maurice.
@ también hay barrancos,puentes y cunetas famosas en mi peligrosa primavera.
Hola Maurice. Soy Alejandro, nos vimos allá en la conferencia de Ole Nydhal, en enero, con el Alfredo de "De Museo". Te cuento que saqué un blog (www.iluminacionfinal.blogspot.com). Tengo un cuento allí que quizás te guste. No sabía que habia tanto movimiento guatemalteco aquí en internet. Vi unas críticas a tu persona en otro sitio que me conectó con este, aún soy muy "pato" en esto de la web. Espero que experimentes paz.
Tashi delek.
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