Mayo 68, en entredicho
Es un truísmo a estas alturas citar la mancuerna Rimbaud–Marx: “cambiar la vida, transformar el mundo”. Pero mayo es un mes de mancuernas, y su signo mágico será para siempre géminis –especialmente si estamos hablando de mayo del 68.
Hélas, hasta mayo ha de terminar, y con él el maridaje fabuloso Marx–Rimbaud. Fueron los mismos comunistas quienes se encargaron de defenestrar a los situacionistas y los líricos, con esa frase lapidaria de Georges Séguy: “No a la aventura”. Para luego pactar la pax franca con De Gaulle –en los acuerdos de Grenelle– y sus sucesivas medusas de tedio sindical.
Nunca volverá a darse un escenario parecido como aquel de mayo del 68, como de hecho lo demostraron las protestas en Francia del 2005. Y lo peor es que nada –nada, carajo– cambió. Y no sólo nada cambió sino llegó al poder el enemigo número uno del 68, como lo dejó más que claro en su campaña, Sarkozy. En los inmigrantes Sarkozy lo que mira son inmundos sarracenos, y en el 68 el cáncer más grande de la historia de Francia.
Lo curioso es que no sólo Sarkozy está en contra del mayo francés. Quisiéramos que fuera nomás eso. Porque esa cantaleta suya sobre el relativismo moral del 68 es banal a lo sumo, más después del famoso “racaille” (escoria) con que definió a los árabes de los suburbios. Pero es que además están los intelectuales, entre ellos algunos muy lúcidos como André Glucksmann, haciendo contrapeso. En cierto sentido, podemos decir que se está dando toda una ola de desmitificación en Francia al respecto de las protestas del 68, inclusive por parte de Cohn–Bendit, “Dany el rojo”, quien fuera su líder más sugestivo: “Mi consigna es que olviden mayo del 68”, ha dicho.
El 68 ha sufrido la peor de las suertes: primero una deshonrosa asimilación à la Marcuse (lo cuál no deja de ser irónico) y encima una capa de revisionismo rapaz.
(Columna publicada el 15 de mayo de 2008.)
Hélas, hasta mayo ha de terminar, y con él el maridaje fabuloso Marx–Rimbaud. Fueron los mismos comunistas quienes se encargaron de defenestrar a los situacionistas y los líricos, con esa frase lapidaria de Georges Séguy: “No a la aventura”. Para luego pactar la pax franca con De Gaulle –en los acuerdos de Grenelle– y sus sucesivas medusas de tedio sindical.
Nunca volverá a darse un escenario parecido como aquel de mayo del 68, como de hecho lo demostraron las protestas en Francia del 2005. Y lo peor es que nada –nada, carajo– cambió. Y no sólo nada cambió sino llegó al poder el enemigo número uno del 68, como lo dejó más que claro en su campaña, Sarkozy. En los inmigrantes Sarkozy lo que mira son inmundos sarracenos, y en el 68 el cáncer más grande de la historia de Francia.
Lo curioso es que no sólo Sarkozy está en contra del mayo francés. Quisiéramos que fuera nomás eso. Porque esa cantaleta suya sobre el relativismo moral del 68 es banal a lo sumo, más después del famoso “racaille” (escoria) con que definió a los árabes de los suburbios. Pero es que además están los intelectuales, entre ellos algunos muy lúcidos como André Glucksmann, haciendo contrapeso. En cierto sentido, podemos decir que se está dando toda una ola de desmitificación en Francia al respecto de las protestas del 68, inclusive por parte de Cohn–Bendit, “Dany el rojo”, quien fuera su líder más sugestivo: “Mi consigna es que olviden mayo del 68”, ha dicho.
El 68 ha sufrido la peor de las suertes: primero una deshonrosa asimilación à la Marcuse (lo cuál no deja de ser irónico) y encima una capa de revisionismo rapaz.
(Columna publicada el 15 de mayo de 2008.)
6 comentarios:
Yo sí estoy dispuesta a oír todos tus berrinches...claro que sí!!!!Llegué por azar a tu blog, y te diré que me gusta lo que escribes, cómo lo escribes, y que seas guatemalteco..desde ya cuentas con una lectora persistente..Creo que te gustaría oír una periodista colombiana que tiene un programa radial en www.caracolradio.com. Es una historiadora apasionada y distinta, como tú.Hace unos días dedicó un programa a mayo del 68, creo que te gustará. Se llama Diana Uribe, y su programa se llama historia del mundo.Ella, cuando se trata de revoluciones ajenas y pasadas es veraz e inteligente.En este país sólo se puede hablar de esas revoluciones
a despecho de ser conbvertido prontamente en calaca.Un abrazo-
Beatrice: mi blog es tu blog. m.
Ahora todos leerán a Orwell, a Huxley, y luego escucharán a pinkfloyd, no deja de tener su gusto Mayo del 68, y esa frase de Cohn-Bendit me ha confirmado que es un Rimbaud, él y su Abisania (la cirscunstancia, se entiende). d.
Abisinia, perdón. Qué joder. d.
al hablar de mayo del 68 solo me viene a la cabeza La Conspiración de Paul Nizan
"Añoraban las aventuras guerreras y pacificas de sus mayores del mismo modo que los jóvenes de mil ochocientos veinte hacían con las guerras de la revolución, la campaña de Italia, las anábasis de Napoleón de una punta a otra de Europa. ¿Se verían reducidos a escribir poemas?"
nos vemos nosotros tambien reducidos tan solo a escribir sobre mayo del 68?
La única revolución posible hoy en día es la revolución de la cotidianidad. No es poca cosa. m.
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