'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Vulcanología

Desde el hostal (y lo mejor es subir al techo directamente, por la metálica escalerilla en espiral) se aprecia una visión excelente, me refiero a los tres volcanes.

El Volcán de Fuego carece de vegetación en la cumbre, y va exhalando sus densidades, sus espesores, sus insaciables eructos. A un lado, el Acatenango, con sus casi cuatro mil metros, un templo al cuál los peregrinos–montañistas acuden con devoción, para apartarse de las bajas regiones de lo cotidiano, y escrutar esa coordenada inexpresable en donde la tierra se vuelve aire. Más allá, el Volcán de Agua, Hunahpú, preparando su Segunda Ira, y ya sabemos que toda auténtica vendetta está hecha de paciencia y siempre –lo saben algunos sutiles terroristas, lo saben ciertos personajes de Shakespeare– se sirve fría.

Es muy tonto que el volcán no forme parte de nuestros símbolos patrios. Con la ayuda de un volcán como referente metafórico, podríamos hacer lo que se nos diera la gana. El volcán es lo sereno y lo irracional, lo pasivo y lo activo, anima y animus, totalidad inexpugnable. Un volcán es eterno, aún siendo provisional. Pero preferimos un símbolo patrio que está en peligro de extinción. De eso está hecho nuestro imaginario.

Por otro lado, quizá es mejor que el volcán no figure entre nuestros símbolos patrios, pues ya nos habríamos encargado de arruinar su fuerza a fuerza de amaneramientos. De hecho, la relación que tenemos hoy con los volcanes es completamente amanerada. Hemos utilizado los volcanes meramente para recrear nuestra vista, en un sentido burdamente paisajístico –el volcán como postal, como evasión. Shelley en contraposición a Nietzsche. Eso lo explica muy bien Bachelard en uno de los ensayos de El aire y los sueños, en donde habla de “psiquismo ascensional”.

“Shelley y Nietzsche”, dice Bachelard, “son dos genios que, en una misma patria aérea, han adorado dioses opuestos”.


(Columna publicada el 7 de febrero de 2008.)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

vos maurice! hasta ahorita consegui el libro de "conjura de los necios" nadie lo tenia hasta ahora que lo trajeron en sophos... ya lo voy a comenzar a leer. suerte en todo!.

Maurice Echeverría dijo...

Tremenda noticia! Teología y geometría! m.

Anónimo dijo...

Hasta ahora que fui a Xela, y tipico que tenia que darme una vueltesita por el parque, a un costado del Centro Cultural la venta de periodicos de todo tipo desde amarillistas (Nuestro Diario y demas que son los que mas abundan) hasta el Diario de Centroamerica con sus monotonos acuerdos y decretos. Me llamo la atencion El Quetzalteco, hace mas de un año que no lo leia, asi que compre uno y me puse a buscar tu columna de opinion, al no hallarla me acerque nuevamente con el vendedor de periodicos de esa esquiena (dicen que lleva mas de 25 años de vender ahi) y le pregunte sobre tu columna y si todavia escribias para dicho diario, con lo cual me respondio "yo no se ustee yo solo vendo periodicos, apenas y los ojeo". Asi que me quede con esa duda... ¿ya no escribis para El Quetzalteco? ¿hace cuanto?... suerte y saludos de tu asiduo lector (asiduo mas no obsesivo).

Maurice Echeverría dijo...

No, hace rato que no escribo allí. m.

Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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