Fundación Marco Antonio
Indignante que el hemiciclo retirara los fondos a la Fundación Marco Antonio y a la Cínica Yaloc. No me cabe la menor duda que un piedrómano hundido en el más craso motel de la ciudad tiene más y mejor corazón que la mayor parte de individuos que trapichean en el congreso, gesticulan con una mano y con la otra se rascan profesionalmente el asterisco. Queda bastante claro que no están para nada conscientes de que el África no está del otro lado del océano sino del otro lado de la calle, y que los próximos infectados serán posiblemente sus hijos. En el contexto del VIH/SIDA, diez millones de quetzales no es nada, y hay que ver lo que se gastan los diputados en nebulosos viajes a Paris o el Canadá.
Es de recordar el documental del Discovery: Salma Hayek y Ashley Judd interactuando con unos pacientes del hospital Marco Antonio, un momento sensible.
Aquella fue una visita muy publicada y, si mal no recuerdo, Juanes –quien también acompañaba a las actrices– tuvo incluso que complacer a Berger, que le pidió una rolita, como a un mariachi de Garibaldi. Es exactamente la clase de seriedad que les damos a los enfermos de SIDA.
El hospital Marco Antonio está administrado con rigor y dignidad impecables. Todos los que allí trabajan merecen el más grande respeto, y deseo mencionar particularmente a Ana Castillo y a Ana Lucía Saravia. Ana Lucía Saravia es una mujer tenaz, su motivación nace de un lugar muy auténtico, muy emocional. Esa tenacidad la llevó a hacer mucha bulla, pedir audiencias, mover cielo y tierra para que se restituyeran los fondos. La batalla parecía perdida. Felizmente, la Primera Dama terminó metiendo las manos en el asunto (lo cuál habla bien de la Primera Dama) y una transferencia, entiendo, viene en camino.
Se legisla a partir de un espíritu de vida o se legisla a partir de un espíritu de muerte.
(Columna publicada el 14 de febrero de 2008.)
Es de recordar el documental del Discovery: Salma Hayek y Ashley Judd interactuando con unos pacientes del hospital Marco Antonio, un momento sensible.
Aquella fue una visita muy publicada y, si mal no recuerdo, Juanes –quien también acompañaba a las actrices– tuvo incluso que complacer a Berger, que le pidió una rolita, como a un mariachi de Garibaldi. Es exactamente la clase de seriedad que les damos a los enfermos de SIDA.
El hospital Marco Antonio está administrado con rigor y dignidad impecables. Todos los que allí trabajan merecen el más grande respeto, y deseo mencionar particularmente a Ana Castillo y a Ana Lucía Saravia. Ana Lucía Saravia es una mujer tenaz, su motivación nace de un lugar muy auténtico, muy emocional. Esa tenacidad la llevó a hacer mucha bulla, pedir audiencias, mover cielo y tierra para que se restituyeran los fondos. La batalla parecía perdida. Felizmente, la Primera Dama terminó metiendo las manos en el asunto (lo cuál habla bien de la Primera Dama) y una transferencia, entiendo, viene en camino.
Se legisla a partir de un espíritu de vida o se legisla a partir de un espíritu de muerte.
(Columna publicada el 14 de febrero de 2008.)
2 comentarios:
Se legisla a partir de un espíritu de vida o se legisla a partir de un espíritu de muerte.
cierto a partir de una esencia de claridad u oscuridad se toman decisiones...
no sabía que tenías blog...y no me preguntes cómo llegué porque fue una serie de links como todo en internet, metáfora de la vida, una cosa te lleva a la otra, y al final estas en dónde nunca imaginaste, o tal vez si....
(mi madre sigue leyendo tu columna y me dice...hay NO los escritores tan loquitos).
Saludos es un gusto leerte.
Eso: loquitos. m.
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