'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







PSP

Abundan esas criaturas que siempre buscan definirlo a uno por la procedencia, el color del pelo. Lo suyo es construir y concretizar identidades políticas, con la mera idea de abatirlas después (exactamente como esos niños que arman una estructura de legos con el carismático objetivo de tumbarla a manotazos). Son bastante incapaces de generar ninguna clase de poder sin antes producir un poder de clase.

El mismo principio de la fantasía erótica: pobres varones a quienes apenas se les para a menos que estén viendo el porno más violáceo. Y cuando por fin se les pone dura, a fuerza de ilusión sexual, se da en ellos una gran necesidad de violar a otro ser humano. Así funcionan.

Lo cuál no quiere decir que el poder de clase sea solamente teatral y no exista ya de sí y que no exija provocación –oh, por supuesto que existe, y es infaliblemente cruel– pero nada tiene que ver con el juego de consola PSP que estos tahúres integristas subsidian en sus cabezas como hornitos paranoides.

Me gustaría poder decir que en realidad no están destruyendo nada, salvo la novela de caballerías que ellos mismos autofecundan, pero no es cierto, ni siquiera en el caso de los más mullidos, los que se hacen pasar por sensibles, escritores, intelectuales. Hasta los más fanfarrones son peligrosos. Son los primeros en cholerearles al poder, de eso podemos estar seguros: legítimos candidatos a cualquier enfoque coactivo, si uno huye del molde, de la fantasía social (y eso uno lo ha venido haciendo toda la vida) entonces se ponen violentos con el martillo. A todos (tanto de un lado y del otro) les duele que uno no funcione de acuerdo al arquetipo, y no se rinda a idealizaciones y guiones prearmados.

No votemos de acuerdo a los guiones prearmados.


(Columna publicada el 30 de agosto de 2007.)

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Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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