Y sin embargo se para
Con los años (hablo como abuelito y tengo treinta, es ridículo), con lo años, estaba yo comentando, me da cada vez más igual eso de volverme un escritor famoso y un toro de lidia de la escritura. Si llego a serlo, pasadas las décadas, será por suerte, o por inercia. Me he vuelto un tacaño de mis propias ilusiones.
Todo el párrafo anterior es una mentira.
La verdad es que me importa. Pero prefiero hacerme el indiferente porque la indiferencia es la última frontera de la elegancia. No, no puedo engañarme… Siempre habrá un Galileo interior susurrando la verdad evidente, contra todo hierro: “Y sin embargo, se mueve”.
O dicho de otra forma: “De todos modos se para”.
Cualidad eréctil de la literatura.
Que quede en el registro que estoy así emocionado porque hoy es la presentación de mi libro Diccionario Esotérico. Estoy emocionado porque hace tiempo, por lo menos tres años, que no publicaba… Es cada vez más difícil publicar en este país… Más fácil sería grabar sobre tablillas de arcilla, como los sumerios…
Y sin embargo se mueve. Siempre aparece por allí una persona –temerario, malaconsejado, loco– dispuesto a apostar en el que esto escribe, brincándose las reglas de la cordura. En este caso, se trata de la editorial Norma. Tanto cariño me hace chiquito.
Y unos lectores, poniéndome mails: “¿cuándo sale la novela?”, “¿qué pasó con el libro?”. Tengo una cosa segura, pues: con aliados de semejante estatura, no caeré jamás en la ignominia. O sea que sin embargo se para.
El Diccionario Esotérico es mi primera novela, con todo lo que eso supone y significa. Que Dios corte las falanges de aquellos escritores que reniegan de sus libros, porque eso es como avergonzarse de un hijo. Se los llevará a todos ellos el Hombre sin Dientes. No tan agradable.
(Columna publicada el 3 de agosto de 2006.)
Todo el párrafo anterior es una mentira.
La verdad es que me importa. Pero prefiero hacerme el indiferente porque la indiferencia es la última frontera de la elegancia. No, no puedo engañarme… Siempre habrá un Galileo interior susurrando la verdad evidente, contra todo hierro: “Y sin embargo, se mueve”.
O dicho de otra forma: “De todos modos se para”.
Cualidad eréctil de la literatura.
Que quede en el registro que estoy así emocionado porque hoy es la presentación de mi libro Diccionario Esotérico. Estoy emocionado porque hace tiempo, por lo menos tres años, que no publicaba… Es cada vez más difícil publicar en este país… Más fácil sería grabar sobre tablillas de arcilla, como los sumerios…
Y sin embargo se mueve. Siempre aparece por allí una persona –temerario, malaconsejado, loco– dispuesto a apostar en el que esto escribe, brincándose las reglas de la cordura. En este caso, se trata de la editorial Norma. Tanto cariño me hace chiquito.
Y unos lectores, poniéndome mails: “¿cuándo sale la novela?”, “¿qué pasó con el libro?”. Tengo una cosa segura, pues: con aliados de semejante estatura, no caeré jamás en la ignominia. O sea que sin embargo se para.
El Diccionario Esotérico es mi primera novela, con todo lo que eso supone y significa. Que Dios corte las falanges de aquellos escritores que reniegan de sus libros, porque eso es como avergonzarse de un hijo. Se los llevará a todos ellos el Hombre sin Dientes. No tan agradable.
(Columna publicada el 3 de agosto de 2006.)
3 comentarios:
Sin palabreria, Sos un genio.
c-horuga era verde.
es uno de mis libros favoritos ya te contaré la historia...
navidad pase sentada en mi cama leyendolo, despues k se escucharon los cuetes de las doce de medio dia (25) terminé...
oruga*
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