'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Diez y ocho ojos

No conviene a ningún escritor tener amigos escritores, esposa escritora, chucho escritor, pasarse la vida en presentaciones de escrituras, poseer un blog escritural, escribir sobre escritores que escriben sobre escritores que escriben sobre ellos... Toda esa autorreferencialidad… Es claramente incestuoso, hermorroidal... Neruda cuenta en sus memorias de cómo se encerró en un cuarto porque otro poeta le gritaba sus propios versos: al tremendo chileno le resultaba enfermo hacer poesía para otros poetas. La literatura separada de la vida…

Por lo mismo procuro que mis amigos no sean escritores, y en la medida de lo posible, artistas en general. Los artistas son más inhumanos e insensibles de lo que suele pensarse. Debajo de todas esas propuestas artísticas tan grandiosas para salvar a la humanidad del Mal y del Tedio, hay a menudo una bayoneta esperándote, una verdadera bayoneta de Guerra de Secesión. Y nunca te preguntan por tu familia. Sólo hablan de libros y de ideas, cíclicamente, en tono de capellán.

Aléjate de los poetas, oh sí: te romperán el corazón.

Pero uno tiene sus debilidades… La semana pasada estuve en la presentación del libro Las palabras y los días, de Julio Serrano, un ente más bien querible, casi no parece escritor. Lo conocí cuando me invitó hace unos años a leer poemas a Quetzaltenango, cosa que hice, frente a un maravilloso grupo de niños. O sea que Julio es de Xela, con todo lo que eso significa. Para un poeta talentoso y con nociones de vida como él, puede convertirse en una experiencia bastante retadora: traspasar todo ese volumen de iniquidad creativa, enfrentarse a monstruos de diez y ocho ojos y una veintena de narices, y aún hacer versos tristes, bellos… Ojalá no se lo harten los libros.


(Columna publicada el 27 de julio de 2006.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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