'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Ser y estar en una silla de ruedas

El asunto de las ex PAC ha ido creciendo como un alud de nieve: lo que pudo haber sido nomás un dilema secundario en la agenda nacional se ha convertido en una pesada recurrencia, un acorazado buque de carga transportando viejos dolores de cabeza. Pasan meses y más meses que ya son años y ya siglos. Portillo, además de llevarse las millonadas, dejó deudas y saldos estimables de carácter oficial.

Por supuesto, lo de las ex PAC fue en principio un Frankestein mutante de laboratorio, y nunca por sí sólo hubiese tenido la fuerza orgánica de convertirse en el cada vez más granítico y extraño poder mitad civil mitad frente ideológico en el que terminó convirtiéndose (y por esa condición anfibia suya es que ha gozado de tanta longevidad).

Las ex PAC fueron muy utilizadas en su momento, y ello las cargó de energía. Es preciso entender que los movimientos son alternadores, y si el gobierno de turno no hace nada por detenerlos (sino todo lo contrario) entonces somos nosotros, los ciudadanos, quienes debemos generar una contracorriente. Debimos gritar más fuerte, en aquel momento. Debimos levantarnos de la silla de ruedas y salir a decir algo. Ahora posiblemente vamos a quedarnos roncos (un poco como Portillo, que hasta piensa en ronco), incapaces de competir con el volumen de gestiones ambiguas (el famoso fideicomiso).

Lo verdad antipático de todo esto es que las ex PAC, resarcidas o no, ocuparán cada vez más tiempo y espacio (carreteras y calles de la ciudad) y titulares en el futuro, a menos que sean divididas con inteligencia. ¿Qué impide que otros sigan su ejemplo? Entonces el panorama político se hará cada vez más borroso, contaminado por fuerzas y cuencas que no son sino poderosas piezas de ajedrez.


(Columna publicada el 10 de marzo de 2005.)

No hay comentarios:

Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
Creative Commons License
Buscando a Syd by Maurice Echeverría is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-No Derivative Works 3.0 Guatemala License.