'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Las huellas del hombre

No tengo carro. No quiero tener carro. No he tenido carro en mucho tiempo. Soy feliz.

Pero a veces le pido prestado el suyo a CL6. CL6 me lo presta, luego se lo devuelvo.

La semana pasada, así lo hicimos. Llegué a su oficina, con el objeto de reintegrarle las llaves del automóvil. Aprovechamos para hablar un rato. Después le dije: “Tengo que irme”. “Yo también”, agregó ella. “Bien”, contesté: “Salgamos juntos entonces.”

Y saliendo los dos, me dice:

–Un segundo. Tengo que marcar tarjeta.

Acercó su mano a un dispositivo, que estaba en la pared. El dispositivo leyó sus huellas digitales. De tal manera, quedó registrada la hora de su salida.

“Marcar tarjeta ya no es marcar tarjeta”, me dije tristemente, pero sin asombro. De haber visto eso hace diez o quince años, me habría parecido enorme, espectacular. Pero la tecnología ha dejado –significativamente– de asombrarme.

Eso se debe a que hemos gastado la noción de novedad. La novedad, la reactualización, el cambio, ya no quieren decir más nada, hoy en día. La creatividad está devaluada. La era de la revelación ha terminado.

La brecha entre especulación –libros de fantasía, películas sci–fi, cómics– y ejecución se ha ido estrechando, asfixiando la ilusión. Sucede que nos toca vivir en una misma vida utopía y realidad, y de modo cada vez más coincidente. Cada vez más, el futuro es hoy. ¿No les pareció raro, y burdo, cuando efectivamente llegó el año 1984 (Orwell), cuando ocurrió el 2001 (Kubrick)? En poco tiempo, los escritores de ciencia ficción serán piezas de museo. Una serie como Star Treck hoy nos parece tan antigua como el primer ferrocarril.

“Marcar tarjeta ya no es marcar tarjeta”, me dije tristemente.


(Columna publicada el 13 de enero de 2005.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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