'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Las damiselas


En 1906, hace cien años entonces, se gestaba una de las obras más significativas que ha dado el ser humano, la más importante del siglo XX, se asegura. Una marejada de bocetos preparaba el advenimiento del lienzo–mesías.

Les demoiselles d´Avignon es: colisión de todos nuestros modelos epistemológicos, golpe zen a la vasija de los paradigmas, desintegración de la perspectiva, por tanto de la moral, lúdica reevaluación del concepto de belleza, precipitación de la vanguardia como actitud central ante la vida; y a la vez: feral hundimiento en las aguas de los arquetipos primitivos, continuidad y audaz revisitación de los legados de la pintura, reivindicación autoritaria del género y sus posibilidades.

No todos los que pintan prostitutas logran semejante efecto.

De un lado, están todas esas geometrizaciones, esas definiciones violentas, esa fragmentación general de la realidad. Es el espanto.

Pero también Picasso habría de definir a Les demoiselles d´Avignon como su “primera tela de exorcismo”. ¿Y qué es un exorcismo sino un ticket de vuelta al origen, al estado de inocencia y de la unidad (el famoso “multiperspectivismo”, que es la expresión de la mística–ubicuidad picassiana)?

Picasso destruye creando, y creando destruye. Se le ha descrito a este artista como un río, y la imagen no es sólo bonita: es exacta. Hay una gran energía erótica en Picasso, como se sabe, y (como también se sabe) el erotismo es el reverso de la destrucción. Lo genésico, lo dinámico, es productor de muerte (un ejemplo propicio: ¿no hay algo más muerto que el cubismo?, ¿no contribuyó el mismo Picasso a enterrar el movimiento?).

No me cabe la menor duda de que cuando Picasso terminó Les demoiselles d´Avignon, Dios se sintió un poco incómodo.


(Columna publicada el 12 de octubre de 2006.)

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Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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