'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







El niño


Es una fotografía blanco y negro; cuidadosamente enmarcada; tengo la suerte de tenerla colgada en mi sala. El espectador, al acercarse (y acercarse es inevitable, porque de inmediato llama la atención), percibe de un solo golpe la escena: el muro, la frase, el niño.

Primero el muro. De sí una obra de arte: una composición de geometrías y líneas sobre todo impersonales. Ni siquiera solemne: frío. Más allá de cualquier protocolo psicológico.

La frase, pintada con spray sobre el muro, dice exactamente: “EL CAPITALISMO ES UNA GUERRA CONTÍNUA CONTRA LA HUMANIDAD. DESTRUYE EL CAPITAL!”. Y al lado un signo de anarquía. No es la letra torva de un advenedizo. Es la letra de alguien que ha escrito muchas, o ciertas pintas, en su vida.

El niño, bueno, el niño es todo lo contrario. El niño es muy pequeño. El niño, comparado con el muro, no goza de ninguna simetría, su ropa colorida (y en blanco y negro) y colmada de pliegues contrasta con la blancura recta del muro. El niño está muy ocupado en leer la frase, la pinta, el graffiti, y este asombro, esta curiosidad, este interés, esta inocencia o chispa o maravillosa ignorancia o guerra inocente, conmoverán al espectador que se ha acercado (y acercarse es inevitable) definitivamente a la fotografía (porque de inmediato le ha llamado la atención). El niño observa los signos, las letras y los signos y no entiende: su pasmo es puro.

Alan Benchoam me regaló esta foto, ex corde, como regalo de bodas. Es uno de los regalos más bellos que me han dado. Alan es como el niño maravillado ante el graffiti, y nosotros nos maravillamos ante el niño.


(Columna publicada el 24 de marzo de 2005.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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