Cuartos de final
Unos días después, el Fariseo me lleva a dónde el brujo. El Fariseo ha leído cerdamente, es perfectamente capaz de hablar del círculo de Viena, luego citar a Derrida, saltar al transhumanismo, y rematar con los últimos avances de la bioética, pero cuando de fútbol se trata, es igual a todos: un supersticioso… rapidito cambia el pensamiento y la civilización por el bling bling de lo sobrenatural. Contradicciones irreductibles del Fariseo.
La gente hace cola como la gente, para ir a ver al brujo, pero el Fariseo es VIP, así que lo pasan al cuarto sin demoras.
Resulta que el brujo es un indiazo que más parece cheroqui que maya, con carátula tosca, cortado a machete. El indio escucha sabiamente al Fariseo, mientras introduce un dedo solemne en su nariz. El Fariseo necesita ayuda del Tribunal de los Espíritus para determinar los resultados del Mundial en los cuartos de final. Comienza el ritual, el brujo se hunde en una letanía estrafalaria:
–Papaíto lindo, retira cuantas trampas, cuantas cosas. Con todo ánimo, con toda fe, con todo corazón. Papaíto lindo, bendícenos con el poder de los Santos Espíritus. San Simón de Cobán, San Simón del Oriente, San Simón de Panajachel, Espíritu Poderoso, San Simón Río Dulce, San Simón Morales Izabal, Hermano San Simón, Rey de la Muerte, Rey de la Tumba, Rey del Cementerio, Rey de los Huesos, te pedimos que haya fuerza, te pedimos que haya bendiciones, te pedimos que haya caridad, te pedimos, papaíto lindo…
El señor brujo nos cubre a ambos con babas de aguardiente. La verdad es que ya me estoy poniendo bravo. Decido salir de allí, mejor eso a correr el riesgo de ponerse… políticamente incorrecto. Veinte minutos después, sale el Fariseo, victorioso. Seguramente le ha dejado pistales al cheroqui.
(Columna publicada el 29 de junio de 2006.)
La gente hace cola como la gente, para ir a ver al brujo, pero el Fariseo es VIP, así que lo pasan al cuarto sin demoras.
Resulta que el brujo es un indiazo que más parece cheroqui que maya, con carátula tosca, cortado a machete. El indio escucha sabiamente al Fariseo, mientras introduce un dedo solemne en su nariz. El Fariseo necesita ayuda del Tribunal de los Espíritus para determinar los resultados del Mundial en los cuartos de final. Comienza el ritual, el brujo se hunde en una letanía estrafalaria:
–Papaíto lindo, retira cuantas trampas, cuantas cosas. Con todo ánimo, con toda fe, con todo corazón. Papaíto lindo, bendícenos con el poder de los Santos Espíritus. San Simón de Cobán, San Simón del Oriente, San Simón de Panajachel, Espíritu Poderoso, San Simón Río Dulce, San Simón Morales Izabal, Hermano San Simón, Rey de la Muerte, Rey de la Tumba, Rey del Cementerio, Rey de los Huesos, te pedimos que haya fuerza, te pedimos que haya bendiciones, te pedimos que haya caridad, te pedimos, papaíto lindo…
El señor brujo nos cubre a ambos con babas de aguardiente. La verdad es que ya me estoy poniendo bravo. Decido salir de allí, mejor eso a correr el riesgo de ponerse… políticamente incorrecto. Veinte minutos después, sale el Fariseo, victorioso. Seguramente le ha dejado pistales al cheroqui.
(Columna publicada el 29 de junio de 2006.)
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