'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Mixiones (VII)

La ciudad. No soy como ellos, los que transitan por la ciudad, pero los entiendo a todos y a cada uno. Discierno los motivos, las razones que los mueven, la sangre dictadora que fustiga sus venas más privadas. Los veo a todos a través de la ciudad. La ciudad es mi partenaire oculta. Creo en todas sus continuidades.

Próstata. Mi vida es un desequilibrio prostático. Todavía no tengo claro lo que es una próstata, pero no tardaré mucho en averiguarlo. Es mi plan conseguir dos, tres cadáveres, un bisturí, y luego asimilar las respectivas conclusiones en base a la observación. Una vez obtenga las coordenadas anatómicas básicas, pienso que estaré listo para aplicar el bisturí en mi propio organismo. Es sobre todo mi próstata la que me interesa estudiar, pues de ella derivan todos los males que hoy me persiguen. La próstata es un órgano bisector, un órgano que separa la realidad en dos realidades, que son el bien y el mal. Ahora bien, mi próstata no funciona a cabalidad, no como las demás, que producen una secreción responsable, una síntesis adulta, una alquimia a partes iguales. El mal en la mía ocupa una densidad mucho mayor, y ello tiene repercusiones estrepitosas en mi cotidianidad.

Distancia. Casi puedo tocar una extremidad de la luna pero me hace falta aproximadamente un metro.

La pesadilla. Adulto ya, lo cual quiere decir que los fantasmas que se tenían que quedar se quedaron. La pesadilla ya no es solamente un parásito que se alimenta de mí; la pesadilla ahora soy yo. Sólo queda vivirla con glamour y con honor.

Happy. Salí a caminar, salí a sentirme influyente en mi ambiente, tuve la fuerza otra vez de ser el objetor de las costumbres de los hombres, de sus ofrecimientos, sus salutaciones hipócritas, me sentí incontaminado, me recorrió una misantropía saludable.


(Columna publicada el 4 de diciembre de 2003.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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