'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Todo arde

Correo.­– El remitente es un ser civilizado. Por tanto escribe al destinatario un correo muy mesurado. No uno de esos correos redactados con el ego y con el hígado, sino una misiva clara, lógica y consecuente, en donde exhibe, con una lógica impecable, las siete razones de su desavenencia. Aún así, no resulta de su satisfacción. El remitente lo borra; vuelve a escribirlo. En este nuevo correo, el remitente comenta al destinatario que su plan es secuestrarlo y llevarlo luego a una casa vacía a las afueras de la ciudad, en donde lo tendrá atado y confinado, sin agua y sin comida, y en donde será torturado, de una manera metódica y consistente, lo ahogará en un tanque de orina, quemará sus dedos con un soplete y cortará sus genitales con un cuchillo. Añade el remitente que posiblemente descuartizará a su hija, delante suyo. Ahora sí, piensa el remitente; presiona send. 

Todo arde.­– Todo arde sobre la noche, y sobre la noche arden los hombres que asesinan la Tierra. 

La calma ha vuelto.– Es domingo y es de día y ya lavaron la sangre de las banquetas y quitaron los vidrios rotos de las tiendas y poco a poco la vida ha vuelto a la avenida. Aquí donde volaban las secas piedras del odio, hoy hay niños correteando, intactos, nuevamente. Los vándalos duermen como rameras en la mañana. La ley y el orden han regresado a la ciudad de algunos. Por supuesto, esta calma es parcial y es momentánea: ya, en el corazón de la calle, otra sed se está gestando. 

Los estoy esperando.­– Los sigo esperando. No importa que esté escondido en este largo, largo intestino: eventualmente vendrán. Así que no duermo, estoy en guardia. Escucho cada pequeño ruido, cada sutil insinuación, cada diminuta y microscópica estrategia de la noche. Para mí, el mundo abstracto de la gloria ha terminado. Ha terminado el mundo de los festines y las erecciones. El mundo nutricio y sano de los poderes y las palmadas. Me llamaban inteligente, una máquina de soluciones, un Genio. Celebraban mi biografía. Ponían geranios a mis pies. Todo ha terminado. Los símbolos han terminado. Este es el mundo de las biosombras. Solo tengo intercambios con las ratas. Ellas son las Reinas Psiquiátricas. El miedo es profundo y es límbico, es real. Me los llevaré a todos. Mi eslogan es: me los llevaré a todos. Renaceré en forma de revolver. 

Larga raíz roja.– He venido para castigarte, mujer, plena miseria. He venido para escuchar tu voz romperse en ecos de angustia. Se dice que las de tu especie tienen derechos. El único derecho que poseen es el de ser azotadas. Azotadas hasta que su sangre sea rala, y se extienda por la plaza como una larga raíz roja. Alá es grande. 

Te encontraré.– Te encontraré, maldito. Eres listo y rápido, pero hombre. Y los hombres son maleables, y cada cierto tiempo se aflojan, y en ese momento se equivocan. Cuando te equivoques, yo estaré ahí. Larga y lenta, la ciudad sabrá darme la razón, y la paciencia. 


(Buscando a Syd publicada el 6 de septiembre de 2018 en El Periódico.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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