'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Disculpas cuarteadas

Aquí una respuesta a la columna de Faitelson.
           
Por razones de espacio no la pongo aquí entera, pero pueden ustedes leer la versión completa en mi blog salivario.blogspot.com.
           
Faitelson (Efe, de ahora en adelante) ha dicho que se limita a comentar de futbol, pero el futbol no es algo que se puede insularizar en el paisaje cultural. En la cultura todo se entrelaza con todo.
           
El futbol es muchas cosas. Entre ellas nacionalismo y violencia, en Guatemala y en todas partes. No ha de extrañarnos que la crítica futbolística, o cualquier cosa relacionada con el fútbol, genere intolerancia. ¿Puede alguien ser tan ingenuo como para no estar enterado de ello, o tan caradura para negarlo?
           
Esa violencia del futbol no es gratuita; ha sido alimentada por grandes intereses, y hasta el más bienintencionado comentarista deportivo está en la corriente de esos intereses.
           
El futbol no es aparte de grandes territorios culturales como la historia, la patria o su prima fanática la raza. Creer que un comentario de futbol no va a despertar ardores en esos ámbitos es de una candidez exasperante.  
           
Imperdonable que un comunicador de alto perfil no tenga claro (o finja no tener claro) cuál es el grado de impacto que puede tener un tuit suyo, incluso hecho de pasada. Especialmente si es de futbol. Un tuit, en tiempos de la comunicación viral, es un revólver.
           
En un mundo de tribus globalizadas debemos tener un sentido muy afinado de las pertinencias culturales. Que nuestra intención no sea la de ofender un determinado ámbito cultural no significa que no estemos, de hecho, ofendiéndolo. Hay un asunto de forma aquí. Uno puede decir que Guatemala es Efe un cualquiera –futbolísticamente hablando– y tener razón. ¿Pero es hábil y es importante comunicarlo así?
           
Si las disculpas de Efe no fueron del todo bien recibidas o tomadas en serio es porque hay algo en ellas de cuarteadas. Debajo de lo que dicen encontramos una energía que no rima y un subtexto.
           
Está eso de marcar el golpe y pretender salir luego en caballo blanco. El insulto puede llegar a ser una posibilidad muy respetable, a veces. Lo que no podemos es crear un enfrentamiento y luego racionalizarlo marrulleramente.
           
Efe habla (en el video que acompaña su columna) de “otro tipo de educación”, refiriéndose a los centroamericanos. E implicando de una manera políticamente correcta –que no es más que superioridad disfrazada de apertura– que tenemos mala educación. Pero no todos los centroamericanos tenemos esa educación “distinta” ­que pretende endilgarnos, sin contar que la misma, en rigor, existe en todos lados, aunque él diga otra cosa.
           
También dice que tenemos una forma distinta de entender la crítica. Nunca lo va a admitir, pero lo que está sugiriendo es que nosotros tenemos una forma de entender la crítica propia de salvajes premodernos y babuinos. Nuevamente: babuinos hay en todas partes. Sin contar el tufillo subcolonialista y virreinal con que lo dice.
           
Que a Efe le sorprenda que una crítica de futbol pueda generar pasiones irracionales ya roza la ingenuidad o el cinismo. Ahora bien, yo pienso que Efe no es nada inocente, que su inocencia es una inocencia estratégica…


(Buscando a Syd publicada el 31 de marzo de 2016 en El Periódico.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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