'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Elogio del huevón

Luis V, apodado "el holgazán"
Dios bendiga a los holgazanes: algún día seré uno de ellos. 

No es título, el de holgazán, que pueda reclamar para mi persona, muy a mi pesar. Día a día me sorprendo laborando hasta la deshidratación. Por demás sin réditos notables, porque dinero, lo que se dice dinero, nunca he sabido hacer. Y cuando me pongo a buscar clientes como idiota es cuando menos los encuentro.

Pero he notado que si dejo de buscarlos, caen como moscas. Así que he decidido empezar a trabajar en eso de no trabajar, si me permiten la contrariedad.

Admiro al pánfilo holgazán, esa criatura levantina durmiendo la siesta, vago convencido que intuye que el pujar es cosa museística. Y aquí me refiero al vago absoluto, no al vagabundo: el vagabundo todavía se está moviendo. Cuando lo de veras interesante es el ente sin traslación, sin trayecto: como mi gata, o los reyes de Francia. Los hay –han de saberlo– que inclusive fueron apodados “fainéants” (huevones). Pueden ustedes encontrarlos en distintas líneas de sucesión, así la merovingia o carolingia. Al Rey Luis V de Francia le llamaban el Indolente. ¡Qué nobilidad!

Pero siendo de veras franco, al que más admiro es al haragán extático (también llamado: Lamprea Contemplativa) cuya soteriología inmaculada consiste en verse el ombligo por toda la eternidad. Hablo del ascético peluche.

Está eso de Rumi: “Los místicos son expertos en pereza. Se fían de ella porque están viendo continuamente a Dios trabajar a su alrededor”. Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, etcétera. Esos cuates la tenían bien clara.

Cada día creo menos en la noción del esfuerzo. Cada día creo más en el huevón.


(Columna publicada el 15 de marzo de 2012.)

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Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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