'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Los beneficiados


Tragedia la de Chávez: la de haber nacido en un mundo posrevolucionario, enfermo como nunca, contradictorio como siempre, pero bajo el predicado amodorrado de la caída del muro de Berlín. ¿Cómo se grita socialismo o muerte en un ambiente hemipléjico? Sólo queda crear artificialmente los conflictos, ponerse las pelucas, pues. El programa de Chávez, su tamal ideológico, sólo funciona si hay alguien para repudiarlo. No es la guerra lo que quiere Chávez: es sólo el desprecio (con el ejército colombiano no se juega, exactamente).

Hay un dicho famoso e infalible, quizá taoísta: “Siéntate pacientemente junto al río, y verás pasar flotando el cadáver de tu enemigo”. Que, contextualizado, queda así: “Siéntate pacientemente junto al Táchira, y verás pasar flotando el cadáver del Mico”.

Por supuesto, a Uribe no le interesa ni el taoísmo ni el pasivo avistaje de cadáveres, lo que le interesa es poner bases americanas en puntos estratégicos. No hay que ser un físico de las supercuerdas para entender lo que en verdad está en juego aquí. América Latina terminó siendo la gran procrastinación de la era Bush, pero ahora la guillotina se pone más y más pesada y emprende el viaje vertical a regiones sudamericanas; por lo menos, mientras empieza una nueva saga en los desiertos. Se le acusó a Venezuela de facilitar armas a las FARC. Pero nosotros sabemos que hoy en día no es la guerra la que lleva a las armas: son las armas las que llevan a la guerra. Si éstas existen o son un invento (o las dos cosas, el caso venezolano) es irrelevante.

Dijo Jorge Volpi el otro día en Madrid: de esta confrontación, tanto Uribe como Chávez salen beneficiados. “Es como si todo el tiempo se necesitasen”, ha dicho. Se ve que tiene el hocico atorado de razón.


(Columna publicada el 26 de noviembre de 2009.)

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Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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