'Buscando a Syd'... El reto ha sido buscar lo poético en lo profano y lo eterno en lo breve, siendo lo breve una columna medio extraviada en la penúltima, y quien llega a la penúltima, ya se sabe, llega allí con las manos sucias, luego de haber manoseado el diario entero, neurótico de actualidad y maldiciendo. El escritor de penúltimas sabe que una vez cerrado el periódico, jamás será abierto de nuevo, y por eso se juega el todo por el todo. Sirva, pues, cada uno de estos textos como prefacio al olvido… Es lo que soy... Un escritor de relámpagos… Maurice Echeverría







Neocórtex


No hay exactamente nada más importante que la sensibilidad: la experiencia de sentirse vivo ahora. Visto desde esta perspectiva, la sensibilidad no es apenas un territorio reservado a artistas sacudidos por musa y duende, místicos amortajados en halos numénicos, científicos chasqueados por finísimas intuiciones (y a veces se dan combinaciones fulgurantes entre varios tipos de sensibilidades: pienso en Pascal, en Blake): en realidad, se trata de un potencial abierto a cualquier ser, en un marco sensocentrista. De todas maneras, nos interesa sobremanera la circunstancia de todos los antes mencionados, puesto que son éstos los que más se han dedicado a explorar (es decir afirmar) y explotar (es decir destruir) su sensibilidad. Mírenlos cómo construyen figuras neocorticales tan variadas, complejas y fascinantes. Mírenlos cómo crean mundos estos chamanes de la eucaristía sináptica. Tales alturas… Pero la sensibilidad no es constante, y a veces hay derrapajes mortales, depresiones mutiladoras, mineralizaciones profundas, renuncias inefables, suicidios incluso, una desactualización profunda respecto a todos los “poderes poéticos”, por hacer referencia a la expresión de Robert Graves. Graves habla de cómo es importante no dejar que esta “sabiduría” sea destruida por la educación. Yo estoy de acuerdo y entiendo que un artista auténtico debe deseducarse, descolonizar y desaprender: es su voto de pobreza. Al pretender capitalizar su propia sustancia cerebral se encuentra tan pronto con la desagradable verdad de su propia muerte neurológica, una creciente depreciación de su sistema nervioso, y la concomitante locura. En el cerebro, no existe tal cosa como la plusvalía. Simplemente, no funciona a piochazos.


(Columna publicada el 1 de noviembre de 2007.)

6 comentarios:

esnecesariohabervivido dijo...

hay que aprender a desaprender que no es contradicción.... dice una canción de cultura profética...

yo abro el periódico de atrás para adelante para leer primero la penúltima... y después decido si me atrevo a leer el resto...

saludos

Rebeka

Maurice Echeverría dijo...

Es el únido modo: a contracorriente. m.

Oswaldo J. Hernández dijo...

ES espastica la sensación potable, sin duda. Y si funcionace a piochazos,esto es: Radicalización del Neocrotex; se produciria la forma del extasis del artista: la cualidad propia de girar sobre sí mismo hasta la perdida del propio sentido.
El vacío.

Anónimo dijo...

No dudo que la verborrea que expiran sus comentarios en ocasiones tan irreverentes, no demuestran más que dos cosas: o usted sufre de alguna enfermedad mental o bien "toma" algo para poder hilvanar tantas y tantas cosas que subliminalmente nos quieren decir algo, pero al final quienes quizá no somos tan cultos, porque se supone que usted trata de demostrar que sí lo es, pues no entendemos nada. Escribo este comentario sabiendo que ha pasado casi un mes de la publicación del mismo, no puedo negar que me llamó la atención Maurice, pero creo que el periodista y el literato deben buscar la esencia del saber transmitir con sabiduría y tacto lo que piensan, usted se ha valido de un medio periodístico para exponer ingeniosamente algunos temas (como en su columna del archipielago) y en otras ocasiones hiere con sus exabruptos, la sensibilidad de personas que no comparten su visión de la vida, por ejemplo acerca de las religiones, si bien hay libertad de culto en este país no se vale que usted que le tira al ateísmo ¿o no? ofenda a tal o cual persona sólo por ser de una religión que usted simplemente no conoce o bien no entiende. La belleza aunque usted no lo crea, en su quintaesencia NO es relativa, claro es suceptible de interpretaciones, pero alguna vez ¿usted se ha propuesto buscarla?.
"No digaís que agotado su tesoro
de asuntos enmudeció la lirá,
podrán no haber poetas,
pero siempre habrá poesía". Gustavo Adolfo Becker.
Hasta luego.

Anónimo dijo...

jjajajajaja, y así no más soltó el verso del meloso de Becker, jajaja...

Anónimo dijo...

Ave Fénix: claro que Maurice toma algo para escribir así: se llama lucidez. Y claro que es algo que tú ni conoces ni conocerás. Por cierto, deberías ampliar tus referentes literarios, y es que Becker... vamos, no quiero ofender. Y sí, Maurice,a contracorriente, no hay otra manera.
Suerte

Mi foto
Maurice Echeverría (1976) nació en la ciudad de Guatemala. Ha publicado el libro de cuentos "Sala de espera" (Magna Terra, Guatemala, 2001) y "Por lo menos" (Santillana, Punto de Lectura, Guatemala, 2013). Los libros de poesía "Encierro y divagación en tres espacios y un anexo" (Editorial X, 2001) y "Los falsos millonarios" (Catafixia, 2010). Ha publicado la nouvelle "Labios" (Magna Terra, Guatemala, 2003), así como la novela "Diccionario Esotérico" (Norma, Guatemala, 2006). Maurice Echeverría ha colaborado en medios locales como Siglo XXI, El Periódico o Plaza Pública. Algunos de sus textos periodísticos son encontrables en el blog "Las páginas vulgares" (http://www.laspaginasvulgares.blogspot.com/). Como columnista, trabajó activamente para el diario El Quetzalteco, por medio de su columna "La Cueva" (reseñas de cine) y su columna editorial "Los Tarados". Desde el 2002 mantiene su columna "Buscando a Syd", en el diario El Periódico.
 
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